EN PERSPECTIVA

'Tele-basura' en extinción

Jorge Javier Vázquez en 'Mujeres y hombres y viceversa'
Jorge Javier Vázquez en su participación en 'Mujeres y hombres y viceversa'
Cuatro

Ya no se habla casi de 'telebasura'. El término está en desuso. Los críticos televisivos de antaño se apropiaron de esta etiqueta como herramienta que infravaloraba la televisión, poniendo el foco en sentenciar sus programas de corazón, late night o reality show. Se juzgaba la televisión más por su género que por contenido, curioso. Gran Hermano se condenó incluso antes de nacer.

En cambio, esta misma prensa dejó fuera del cliché de 'telebasura' a otros tipos de formatos, como debates o informativos. Cuando, por ejemplo, manipular interesadamente una noticia también debería ser considerado como 'telebasura' o tertulias que favorecen la gresca política desde la tóxica demagogia que proyecta bulos. Porque hay muchos tipos de 'telebasura'.

No obstante, esta controvertida denominación de origen sólo se lanzó hacia los mismos formatos, como si todos los programas de un mismo tipo fueran negativos. Reality, malo. Documental, bueno. Pero existen documentales con contenido vacío y cebos vende-humo que podrían ser 'telebasura' y, al mismo tiempo, programas de cotilleo que son brillantes porque se ríen de sí mismos con inteligencia. 

Se intentó utilizar el nombre de 'telebasura' para sentenciar los contenidos televisivos de entretenimiento y frenar, con cierto afán de superioridad, cualquier atisbo de transgresión dentro de la televisión de masas. Como si la tele por ser de masas debía ser siempre peor que un medio más minoritario. Pero ya no se escucha tanto hablar de 'telebasura'. El motivo: el escenario mediático ha cambiado. Todos los medios caen en la audiencia rápida, a base del clickbait (técnica para crear impactos que sumen tráfico fácil a páginas web). También la prensa clásica, con titulares que, a veces, poco o nada se diferencian a los cebos que utilizaba 'Aquí hay tomate' en su edad dorada de Telecinco.

La diferencia entre buena o mala televisión no depende del tipo de programa, como la diferencia entre la buena y mala prensa no depende del tipo de periódico, sino de la calidad y la honestidad de las ideas que desarrolla cada formato. Y, siempre, es mejor apagar la tele antes que denominar a algo o alguien basura. Porque la utilización del término puede ser tan sensacionalista o más que los programas que se solían condenar con 'tele-basura'. Es lo que tiene la polémica, que no suele ver en primera persona lo que sentencia de otros.

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