OPINION

TVE hace tres décadas: sus viejos rótulos que se adelantaron al futuro

Javier Sardá, Juego de Niños.
Javier Sardá, Juego de Niños.

Dicen que la memoria es corta, pero la creatividad televisiva ya es larga. En los tiempos que corren, las emisiones de los grandes programas se llenan de pantallas partidas en múltiples señales y rimbombantes rótulos pensados para no cesar los impactos de atención en el ojo del espectador.

La pantalla del televisor se ha plagado de elementos que buscan atrapar con ayuda del titular instantáneo -mejor si es morboso-, el efectista cebo de lo que puede pasar -mejor si es morboso- o la autopromoción que pretende recordar próximas citas importantes de la programación -mejor si ocupa media pantalla-.

Pero hace tres décadas ya existían programas en Televisión Española que utilizaban la sobreimpresión de rótulos para lograr un reto más interesante: enriquecer el relato creativo del programa. De hecho, estos formatos iban más allá del titular espectacular, de usar y tirar, con efecto instantáneo pero que no aporta nada al discurrir general del programa. Estos rótulos pretendían generar un sello propio. Mejor aún si la sobreimpresión se transformaba en un vivo vínculo cómplice con el público.

Máximo referente en estas lindes es el 'Juego de Niños' de Javier Sardá , a principios de los años 90. Este concurso, que vuelve remozado este mismo sábado 4 de mayo, incorporó a la imagen real de plató unas animaciones a modo cómic que marcaban con humor supuestas sensaciones de concursantes y presentador. Si un participante se quedaba en blanco en una ronda de preguntas, un dibujo de inmaculadas gotas de sudor saltaba de su cara. Si a Sardá se le ocurría una travesura, un dibujo de una bombilla se aparecía en su cabeza. Si Loles León metía la pata...

Loles León en 'Juego de Niños' de 1991.
Loles León en 'Juego de Niños' de 1991.

Mucho antes del uso de emoticones en la vida cotidiana, la tele ya jugaba con señales gráficas animadas para potenciar la trama de sus programas. Porque entonces, a diferencia de ahora, los programas también tenían tramas abiertas con su principio, desarrollo e incluso final pensado para cada capítulo. El entretenimiento estaba bien escrito. La dinámica del formato no engullía otros elementos creativos que lo hacían más grande.

Grafismo 'Juego de Niños'
Concursante soñando con el dinero que se va a llevar en 'Juego de Niños'.

También 'Ahí te quiero ver' (1984-1987) con Rosa María Sardá jugó a su favor la rotulación. Mucho antes del debut de Ellen DeGeneres en el show de Johnny Carson en Estados Unidos, nuestro país ya contaba con un gran espectáculo de entrevistas y gags protagonizados por una cómica todoterreno.

Público 'Ahí te quiero ver'
Rótulo sobre una espectadora del público de 'Ahí te quiero ver'. El humor seguía durante los aplausos gracias a los rótulos traviesos.

En 'Ahí te quiero ver', los ácidos letreros se sobreimpresionaban en personas del público mientras aplaudían y, de peso, dinamizaban las transiciones entre secciones del programa con una socarronería que representaba la esencia de este show que enganchaba por su despiadada ironía inteligente. También en la rotulación. 

Chicho Ibáñez Serrador, como no podía ser de otra manera, es otro de los grandes creadores que supo aprovechar los rótulos para dar más amplitud al tono de alguno de sus programas de menor grandilocuencia escénica. Así lo hizo con el concurso animalista 'Waku Waku' en el año 1989, que introdujo unos grafismos temáticos que eran de  inmensas dimensiones para la época. Se adaptaban a la pantalla sin ningún complejo, pero encuadrando bien su posición para no desordenar la experiencia del visionado. Así que hoy estos cartelitos cuadran perfectamente con los consumos televisivos desde dispositivos móviles...

Consuelo Berlanga, Waku, Waku
Rótulo de 'Waku, Waku'.
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