¿Controla Montoro?: No, verifica

La decisión de condicionar la ayuda del Estado a la Generalidad a través del FLA al pago de facturas determinadas ha sido utilizada por el victimismo oficial de la Generalitat para decir que: el Gobierno ha cruzado una línea roja ¿Y qué? ¿No son acaso los que se quejan los que aprobaron en el Parlament un acuerdo para iniciar la “desconexión” con ese Estado? ¿Qué esperaban? ¿Seguir recibiendo indiscriminadamente dinero para morder la mano que se da?

Pero aunque la interpretación pueda ser esa, la de la “precaución política” por parte del actual Gobierno, la razón real es puramente técnica. Las condiciones de la ayuda de los más de 3.000 millones de euros que recibirá Cataluña son similares a las de los fondos de proveedores que reciben los ayuntamientos en dificultades financieras, son para pagar facturas pendientes. Facturas previamente identificadas y valoradas como legítimas.

De hecho es algo muy normal en las Administraciones públicas. Es la llamada: la intervención a posteriori, donde el funcionario interventor verifica que existe una factura y autoriza el pago porque hay “crédito” (dinero) en la cuenta del presupuesto prevista para esos pagos. No es control es simplemente verificación de que se puede pagar y con cargo a que partida.

El verdadero control es la llamada “intervención previa” que significa que el funcionario interventor aprueba la compra, es decir el acto por el que se genera la factura, antes de realizar el pedido. Eso sí es control porque impide que una Administración decida en que hay que gastar y que no.

Por tanto el ministerio que dirige Montoro no controla, sólo verifica que el dinero se destina donde se debe destinar. Por eso el ministro puede decir, con razón técnica, que no está interviniendo a la Generalitat. No hay intervención previa.

Otra cosa es que la explicación en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros haya tenido “intención política” cara a las próximas elecciones. Los ciudadanos españoles están hartos de la tomadura de pelo del Sr. Mas: venga a decir que se quiere separar de España y luego pide dinero al FLA y recurre al Tribunal Constitucional después de declarar que no lo acatará. Muchos votantes del PP estaban inquietos por el inmovilismo del Gobierno ante las bravuconadas del independentismo. Además de las declaraciones de Rajoy sobre el uso de la ley para parar la deriva soberanista, tampoco viene mal a la imagen del PP que haya señales de rigor y firmeza en la ayuda económica, sin dejar de pagar lo que un ciudadano catalán merece por ser español.

Claro está que ante ese juego político Mas y sus compinches también responden con el victimismo ante su electorado. No hay que olvidar que estamos ante unas elecciones. Pero una cosa es el rifirrafe electoral y otra el rigor técnico a la hora de definir las cosas: Montoro no interviene, sólo verifica.