OPINION

Desafiando a Huntington... hacia 'la mujer de Davos'

La Reunión Anual del Foro Económico Mundial de Davos pretende reunir a líderes globales -con 3.000 participantes, de más de 100 países diferentes- para debatir bajo un lema conjunto "Actuando juntos en un mundo fracturado" y desarrollar una narrativa compartida para mejorar el estado del mundo.

El programa, las iniciativas y los proyectos de la reunión se centran en cómo actuar juntos en un mundo dividido. Podemos mejorar el futuro uniéndonos a este esfuerzo global sin precedentes para el co-diseño, la co-creación y la colaboración. La profundidad y amplitud del programa convierten el encuentro en una verdadera cumbre de cumbres.

Sin embargo y por primera vez en su historia serán las mujeres quienes dirijan exclusivamente la celebración del mismo. No es una casualidad, porque las casualidades rara vez existen, máxime si hablamos de un foro de estas características desde el que el politólogo Samuel Huntington acuñó el termino “hombre de Davos” como concepto de la élite global. Debemos movernos en el ámbito de la causalidad con la esperanza además de que suponga un avance positivo para el mundo.

Hay sin duda dos razones que llevaron a la organización a dar este paso. Por un lado, las fuertes críticas que ha recibido ante la escasa presencia de mujeres en las pasadas reuniones anuales -en la última, un 18%- y, por otro, las medidas que la propia organización ofrece para reducir la brecha entre hombres y mujeres en el terreno socioeconómico.

Entre otras, y desde su llegada al FMI, su directora gerente, Christine Lagarde se ha convertido en una de las impulsoras de la necesidad de aumentar la participación de las mujeres en la economía y en los puestos de poder. “La forma más eficiente de reducir las desigualdades sería reducir la brecha entre hombres y mujeres, y no hay que ser un genio para verlo”. “Tanto si es acceso al mercado de trabajo, a la financiación, o reducir la disparidad en términos retributivos, todo ello permitiría grandes avances para reducir la desigualdad”, ha dicho en reiterados foros.

Un foro económico mundial que ya en noviembre presentó su Índice Global de Disparidad de Género, que elabora desde 2006, y que concluye que la brecha entre hombres y mujeres ha aumentado en 2017 por segundo año consecutivo y que eliminar la diferencia entre los dos géneros en términos económicos llevará 217 años, ¡más de dos siglos!

El mismo estudio recoge además un análisis profundo del impacto que en término de crecimiento económico supondría lograr la paridad entre hombres y mujeres: 250.000 millones de dólares al PIB de Reino Unido; 1,7 billones de dólares a la economía de Estados Unidos; 550.000 millones a la de Japón; 320.000 millones a la de Francia y 310.000 millones al PIB de Alemania. Unas cifras que no se pueden despreciar cuando la desigualdad se ha convertido en el reto sociopolítico prioritario en todo el mundo.

El Índice Global de Disparidad de Género que deja unas cuantas diferencias que persisten entre hombres y mujeres:

-Por primera vez desde 2006, fecha en que comenzó el Indice, la brecha entre hombres y mujeres en la salud, la educación, la política y la economía se ha ampliado.

-Los principales países industrializados del mundo (el G20) no se encuentran dentro del top 10 de países con mayor paridad, lo que muestra que el poder económico no es necesariamente una receta para una mejor igualdad entre los sexos.

-Los nórdicos encabezan el ranking de los países con menor desigualdad: Islandia (un 87% de brecha, la más delgada), Noruega y Finlandia; situándose España en el puesto 24 de los 144 evaluados.

-Las mujeres en España cobran un 14,9% menos que los hombres, lo que nos sitúa en el undécimo puesto de la UE, por debajo de la media europea del 16,3%. No obstante, está lejos del 5,5% que registran Italia o Luxemburgo. Según datos de Eurostat.

Toca en esta Reunión Anual que hoy comienza no quedar en una pura acción de marketing y conseguir que contribuya a que los mandatarios se tomen en serio la temática del encuentro. A ser conscientes -tal y como ya ha apuntado el fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab- no solo de que la brecha de género sea injusta por significar desigualdad sino del mejor desempeño económico que se logra a mayor igualdad de género. De este modo se han ido calentando motores para el debate de los próximos días: "El mundo está siendo privado de un gran recurso sin explotar".

El término de "hombre de Davos" tardará en quedar obsoleto: Apenas el 21% de los participantes de este año son mujeres y, pese a ello, es el nivel más alto de todas las ediciones. Aunque, por lo menos esta vez, las voces femeninas tendrán un buen altavoz.

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