Somnomat, la cama robótica nace para buscar una solución al insomnio

Hace más de un siglo que se advierte en las revistas científicas que el “apuro y la excitación” de la vida moderna estan llevando a la sociedad a una preocupante epidemia de insomnio. Si hace 100 años se dormía poco, hoy en día vamos a peor; según la OMS, el 40% de la población mundial sufre algún tipo de trastorno del sueño.

Recientes estudios han demostrado que existe un dramático impacto de la falta de sueño en personas que presentan enfermedades neurodegenerativas. Dormir poco o nada repercute en el estado de vigilia del individuo, disminuyendo la concentración y alterando las emociones, con una irritabilidad que afecta de modo importante en su calidad de vida.

Todavía hoy se busca la terapia más efectiva para lograr descansar. Pero hemos perfeccionado tanto el arte de dormir, con camas anatómicas, habitaciones aisladas del ruido, de la luz, almohadas perfectas...que nos hemos olvidado de la vuelta a los orígenes: de recordar lo bien que se duerme un bebé al ser mecido por los brazos de su madre.

Robert Riener, un investigador de robótica en el Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH) en Zúrich, se ha centrado en estudiar algo en lo que (casi) todos, en mayor o menor medida, nos involucramos a diario, y ha desarrollado una novedoso robot-cama para la investigación del sueño y la terapia de la falta de éste. El Somnomat, que así se llama, utiliza un sistema de cables y poleas conectados a los postes de una cama suspendida, lo que permite menearla con cualquier patrón de movimiento y así inducir el sueño al insomne.

Mecer a un bebé lo ayuda a dormirse pues probablemente se encuentra dentro de los genes. Hay un efecto similar en el movimiento rítmico de los adultos. Sin embargo, ¿por qué nos conocemos cual es ese movimiento soporífero salvador para los mayores? ¿Cuál es el mejor patrón de movimiento para los distintos tipos de falta de sueño? ¿Cómo funciona este método mecánico en comparación con otros enfoques, tales como los fármacos?

Estas y otras preguntas se pueden responder con la Somnomat. Si los resultados son tan beneficiosos como indica la experiencia de docenas de generaciones meciendo a sus hijos, se podría utilizar esta información inmensamente útil para el diseño de un nuevo tipo de camas móviles que ayuden a conciliar el sueño.

Sería como volver a la cuna en la época adulta, para alegría de muchos a los que les cuesta cerrar los ojos para soñar.

Vía Discover