Si los hámsters tienen sus ruedas y los humanos sus cintas de correr...¿por qué los perros no pueden tener también sus ruedas de correr? Las ruedas de entrenamiento son instrumentos utilizados por criadores y adiestradores para pasear a los perros sin necesidad de sacarlos a corretear a diario.
Su uso, según muchos expertos, previene la obesidad, la ansiedad, la depresión, la agresividad y el aburrimiento en nuestras mascotas, dejándolas más suaves que un guante para poder realizar un adiestramiento a voluntad. Es muy utilizada en su versión extra-grande para entrenar a los perros de tiro en el ejercicio de sus funciones musher.
Este tipo de perros, como son los Huskys, los Samoyedos o los Alaskan Malamute, necesitan mucho mambo para quemar su increíble energía; y parece que la rueda no sólo les gusta, sino que le encanta.
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Por ejemplo, con este instrumento se les puede enseñar a que paren en un momento determinado cuando tiran del trineo. Para ello se puede utilizar el comando "WHOA" mientras el instructor detiene la rueda a la vez. Si no oyen el "WHOA" y luego la rueda se detiene en realidad los perros no pueden asociar el comando con la acción de detener.
Estas ruedas giratorias llevan años utilizándose en la regiones del norte de nuestro globo para perfeccionar los equipos de perros de tiro, pero también en otras partes del mundo en versiones más recogidas, para entrenar a perros pequeños que también necesitan mucho correteo.
Y, paradójicamente, hemos encontrado un eslabón perdido del que tirar para intentar fijar su origen, que podría estar en un triciclo inusual construido en Francia en 1875, llamado el Cynosphere. En este vehículo cada rueda trasera era lo suficientemente grande para albergar una jaula circular con un perro en ella.
Los perros, al correr sobre las ruedas, impulsaban el triciclo, que podía ser una versión super-bike, metiendo un Gran Danés, o scooter de señorita, una versión para damas impulsada por caniches que de hecho entró en producción, pero que sufría de varios inconvenientes a la hora de subir las cuestas.
La Sociedad para la Protección de los Animales francesa ya entonces consideró la idea inadecuada y el desarrollo del Cynosphere fue abandonado para siempre.
Vía: The Sun y Texarkana Gazette
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