OPINION

El ahorro, la última palanca del crecimiento económico

Este 31 de octubre se conmemoraba el día mundial del ahorro, sin duda, una de las grandes asignaturas pendientes de la economía española. Precisamente, el pasado día 19,

el economista Javier Santacruz presentó un elaborado estudio sobre el tema titulado “Longevidad y cambios en el ahorro y en la inversión”. Las grandes conclusiones del mismo

son devastadoras: desde 1990, la tasa de ahorro sobre la renta disponible de los españoles se ha movido entre el 5 y el 11%, con los últimos datos de finales de 2016 rondando el 6%. A esto hay que sumarle que durante el ciclo vital, más del 60% de las familias españolas gastan más de lo que ingresan, descontados los intereses de las deudas. Entre los lastres a los que se enfrentan los españoles a la hora ahorrar encontramos la severa tributación que deben soportar las rentas del trabajo, tanto en forma de impuestos directos como de

contribuciones por parte del empresario y que acaba recayendo en el empleado.

Otro de los aspectos que destaca el estudio es la concentración del ahorro y de la masa patrimonial de los españoles en un solo tipo de activo, el inmobiliario, que supone más del 50% del total del ahorro. En España, el porcentaje de familias que poseen una vivienda en propiedad asciende al 83,1%, el más alto de toda la Unión Europea. La consecuencia es que el ahorro de nuestro país es muy dependiente del sector inmobiliario y, al contrario de lo que se percibe, presente unos altos niveles de volatilidad.

La cuestión del ahorro es ante todo una decisión personal, no de mejora de salarios o de renta disponible. Hay que señalar que fue precisamente en la parte final de la última etapa expansiva del ciclo, cuando los sueldos presentaban un mayor crecimiento, cuando la tasa de ahorro se situó a niveles mínimos, en el cinco por ciento. Varios estudios de historia económica confirman la idea de que las sociedades que han registrado mayores tasas de ahorro en el pasado son las que han presentado un mayor crecimiento económico y un mayor avance del bienestar.

El ahorro es una función socialmente necesaria, ya que se trata de la palanca última del crecimiento económico, pero es ante todo un beneficio personal. Muy castigada por los sesgos cortoplacistas de los que somos víctimas, una actitud ahorradora es el mejor planteamiento para afrontar el futuro, que no nos ofrece mucho más que incerteza. El coste de verse zarandeado por los imprevistos es el que pagan aquellos que optan por vivir al día. Ahorrar nos permitirá afrontar los momentos de duda con mayor calma, nos ofrecerá un respaldo cuando decidamos realizar cambios en nuestra vida y, en definitiva, nos permitirá

alargar nuestros planes y mirar cada día más lejos, acercándonos a nuestros objetivos de más largo plazo.

Además, ahorrar no es sólo importante para afrontar imprevistos. Invirtiendo dicho ahorro, siempre que se haga sabiamente, encontraremos no sólo el método de hacer crecer nuestro patrimonio, sino también el incentivo ideal para seguir ahorrando. Por desgracia, son muy pocos los que se plantean invertir desde jóvenes, y los que no lo hacen, sin darse cuenta cometen el mayor error de sus vidas, ya que al retrasar el inicio de su inversión están limitando enormemente el poder del interés compuesto, calificado por Einstein como la octava maravilla del mundo.

Pongamos un ejemplo práctico para darnos cuenta de por qué es imprescindible empezar a invertir nuestro ahorro lo antes posible. Si invirtiéramos mil euros de forma anual y con un interés del 5% con la intención de jubilarnos a los 65 años, la diferencia final de empezar a

invertir a los 20 o a los 35 años es de más de 97.000 euros: el ahorrador joven conseguiría acumular 167.685 €, mientras que el que empezase a una edad más tardana se quedaría en 69.761 €. Así pues, no se ponga excusas, pensar que uno ya invertirá cuando consiga ahorrar algo más de dinero es un grave error. A modo de anécdota, contaré que mi abuelo

solía decirme que para acumular una fortuna cada peseta contaba . Y hoy en día no es diferente, si usted decide empezar su pequeño patrimonio hoy, sea muy consciente que cada euro cuenta.

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