En mi molesta opinión

Acabadas las Navidades volverán las peleas de 'familia'

Feria de Artesanía Creativa de Sevilla.
Acabadas las Navidades volverán las peleas de 'familia'.
Federación Artesanal de Sevilla

Diez días y ya estamos en Navidad. No es que me queje porque tampoco sirve de mucho, pero el periodismo se ha vuelto mustio de no aportar cosas buenas en estas fechas, ni en ninguna otra. Todos vivimos en la ceremonia de la confusión, esa misma que se frota las manos pensando que todo saldrá bien aunque huela a podrido. Y no es que los “reality shows” atrasen sus relojes, es que la política ya sólo sabe adorar al becerro de oro, el único en el que confía. Tic, tac, tic, tac… La Fiscalía suiza archiva la causa en la que se investigaba la donación de los 65 millones de Juan Carlos I a Corinna Larsen… y ahora qué, a quién creemos más, a los Reyes Magos o a Papá Noël.

Insisto en que la historia interminable tendrá un objetivo mayor: confiar en la verdad a pesar de todo. Pero no olvidemos que a algunos sólo les interesa una efímera realidad, y no siempre coincide con la respuesta. Lo del Rey emérito tenía un alto precio, imposible de sufragar y de abonar. El gran problema del Jefe del Estado anterior -nada que ver con el actual- es que como dijo Sabino Fernández Campo, “no es lo mismo tener una ‘caja-B’ que una ‘familia-B’ ”. El gran problema, insistía el sabio, era que la ‘B’ era tan pertinaz que nadie se atrevía a cuestionarle la verdad al monarca desnudo. Hubo un tiempo en que ese Rey lo era todo, incluso demasiado para serlo todo, adorado por su pueblo y sin saber qué era un pobre hombre mortal.

Bien, dejemos las cosas de la fiscalía suiza y confiemos que entre la cordura aunque sea de manera silenciosa. Otra cosa será que las señoras y señores del PP se aclaren de una vez por todas, aunque se muelan a palos entre ellos, que ese es otro cantar incluso mayor. Lo digo por lo de siempre, por esos mismos calentones que convierten a los populares en una especie de franquicia que no consigue solventar problemas conyugales. Parece que ha llegado la calma y de repente se monta otra nueva bronca, porque unos quieren convocar la tradicional cena del grupo Parlamentario Popular, mientras otros desean lo contrario porque dicen que hay riesgo de Covid. Esto huele a más incienso del necesario. De nuevo hay que cargar armas e indignarse por los teje manejes de algunos papistas. ¿Serán todas las sedes iguales? ¿Tendrán criterios uniformes según dicta la prudencia o será el Ministerio de Salud el encargado?

Díaz Ayuso lanzó el lunes pasado un nuevo mensaje aclarando que “no hay motivos para cancelar eventos en la hostelería, y sí herramientas para seguir adelante con precauciones”. Ayer martes, las cosas ya iban por otro lado y ella misma reculaba en un ejercicio de prudencia y supervivencia: “Donde manda patrón, no manda marinero”. La propia presidenta de Madrid, dijo lo contrario el domingo sabiendo que en el Bernabéu había 60.000 personas, incluida la ministra de Sanidad, Carolina Darias, dispuestas a celebrar la fiesta que sea, y que en el Wizink Center se concentrarán 15.000 personas más esta semana sin mayor problema. Todo eso es cierto, incluso puede que el presidente del PP haya decidido hacer tabla rasa harto de revueltas absurdas, y quién es la guapa o el guapo que le llevan la contraria y luego las cosas se complican. Prudencia, Ayuso, prudencia, que las fiestas las carga el diablo.

Por su parte, el alcalde de Madrid -Martínez Almeida- también quería apostar en este baile de disfraces e intrigas: “Ayuso no necesita las cenas de Navidad para recibir el cariño de los afiliados”. Muy cierto, alcalde, pero a nadie le amarga un dulce, y si no que lo pregunten en Génova. La mayoría de las sedes -al menos las de Madrid- quería un poco de alegría, incluso ya la habían pagado en buena medida, y de paso festejar con su presidenta algunas alegrías, aunque fueran cortas y no muy largas. Malos tiempos para la lírica. Pero no, este año tampoco toca. Esperaban champán a discreción pero ni churros habrá. Una vez más la guerra fratricida en el partido acapara la realidad de los sueños imposibles.

Lo que está claro, les guste más a unos que a otros, es que Díaz Ayuso sigue siendo la chica de moda, la voz cantante en el panorama político español. No lo digo yo, lo dicen incluso los periodistas con placa de sheriff. Hace tres semanas “The Telegraph” se deshacía en elogios hacia la presidenta de Madrid; hoy ha sido “The Washington Post” el que ha querido recoger los éxitos de Ayuso, bautizándola como “la estrella política más importante de España”. Cuánto tiempo hace que a un político español, del signo que sea, no le dedicaban un elogio como este. Si Pablo Casado no se equivoca, ni sus leales meten la pata, la derecha podría conquistar según las encuestas un buen éxito de votos con la ayuda del partido y de los barones, pero especialmente con la ayuda de la baronesa de Madrid. Sin embargo, mucho me temo que pasadas las Navidades volverán las peleas de familia. A los humanos nos va la marcha, incluso la fúnebre.

Mostrar comentarios