OPINION

Rajoy y Michel no hablan de Puigdemont

Se reunieron en Suecia, Rajoy (España) y Michel (Bélgica) más de 15 minutos. Según dijeron no hablaron de Puigdemont. En las relaciones entre ambos países hay cosas mucho más

importantes para ellos; especialmente lo relativo a la construcción de la Unión Europea, de la que vive Bruselas y no mal.

Pero como en los colegios nos enseñaron que menos por menos es más, ahora deducimos que no y no, dicho por dos políticos, es: SI. No pudo ser de otra forma. Al menos Michel, el primer ministro belga debió decirle a Rajoy: ¡Me podría haber avisado, Mariano, que ese peludo era un lío, mira la que me ha armado! Chico -le pudo responder Rajoy- yo no lo envié, se fue solo animado por vuestra fama de jueces complicados.

Ya, si con esto de los flamencos nos llevan a maltraer, contestaría el belga. ¿Y no hay nada que hacer? preguntaría el hispano. Michel: de momento esperar al día 4, el fiscal del Estado belga está por devolvéroslo. Rajoy: pues no sé qué es mejor si tenerlo haciendo el ridículo en las

calles de Bruselas, metiendo miedo a los catalanes constitucionalistas y, por tanto, animándoles a votar o tenerlo en la cárcel en España, con cara de víctima, calladito en Estremera. Déjamelo pensar, que como gallego he aprendido a esperar.

Por eso quedaron en matizar y decir que: de momento no hablaron de Puigdemont, confiando en el poder judicial. Nuestros países tienen división de poderes, por eso no tratamos este tema. Y quieren que nos lo creamos. Aunque tratándose de Rajoy se pudo dar esa conversación o no.

Y es que cuando un político no puede hablar si dice no, se le entiende quizás. Y nunca dirá quizás, porque se le entendería: sí.

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