Pedro presidente, Rivera vicepresidente ¿PP a la oposición responsable?

El acuerdo para la mesa del Congreso preconiza un escenario. En él se ponen de acuerdo primero PSOE y Ciudadanos, para luego recabar el apoyo del PP ¿Podría ser el mismo para la constitución del Gobierno?

Siguiendo esta lógica el nuevo ejecutivo estaría compuesto por Pedro Sánchez como Presidente, Albert Rivera como vicepresidente, encargado de la economía, y el PP apoyando desde el parlamento y condicionando el programa gubernamental.

En dicho programa se incluiría la defensa de la Unidad nacional como condición indispensable.

Una comisión tripartita, ajena al Gobierno, llevaría la relación con la Generalitat o impulsaría las medidas legales conducentes a evitar la secesión. De esta Comisión parlamentaria, con miembros del Congreso y el Senado de deducirían las líneas para las nueva estructura territorial del Estado.

Pero el acuerdo parlamentario no acabaría ahí. Además se plantearía otra comisión abierta a todos los componentes de la cámara para llegar a un acuerdo en materia educativa. Asesorada por expertos del sector e interesados en él tendría como objetivo construir un "Pacto de Estado por la Educación" para los próximos quince años.

En economía, unos nuevos "Pactos de la Moncloa" con participación de los agentes sociales y los partidos políticos marcaría las ideas para los cambios estructurales que necesita España para competir en un mundo global. Las medidas a corto plazo estarían, como no puede ser de otra manera, en manos del Gobierno PSOE-Ciudadanos.

A cambio de ello el PP y el PSOE se comprometerían a sostener los gobiernos autonómicos y locales que ostenten en este momento cada uno de ellos, independientemente de que rompan las coaliciones por las que accedieron al poder. Es decir que en Valencia, por ejemplo, si Chimo Puig rompe con Compromís-Podemos el PP le ayudaría a aprobar los Presupuestos. y al revés en

Madrid para Cristina Cifuentes si le falla Ciudadanos o, incluso, se apoyaría a Carmona para que fuera Alcalde de Madrid, desbancando a Carmena.

De esta manera el PP quedaría como "Jefe de la Oposición" parlamentaria con un apoyo crítico, pero responsable, frente a las "mareas" podemitas y los secesionistas claros o encubiertos. Todos ellos podrían unirse, si quieren hacerlo constructivamente, a lo que podría llamarse de verdad "La Segunda Transición".

Además de que el acuerdo no es nada fácil, y exigiría generosidad y altura de miras a los protagonistas, habría que explicarlo mucho tanto medios de comunicación como en contactos directos a los españoles. Como diputado en la Primera Transición, me toco ir por la geografía española explicando los "Pactos de la Moncloa". Ahora el esfuerzo no sería menor. Pero merecería la pena.