Miles de australianos huyen de sus hogares ante la amenaza de los incendios

  • Sídney (Australia), 27 feb (EFE).- Unas 200 escuelas permanecen cerradas en el sur de Australia y miles de australianos abandonan sus hogares en el estado de Victoria, donde se espera que las elevadas temperaturas y los fuertes vientos agraven hoy los incendios que el 7 de febrero pasado se cobraron 210 vidas.

Sídney (Australia), 27 feb (EFE).- Unas 200 escuelas permanecen cerradas en el sur de Australia y miles de australianos abandonan sus hogares en el estado de Victoria, donde se espera que las elevadas temperaturas y los fuertes vientos agraven hoy los incendios que el 7 de febrero pasado se cobraron 210 vidas.

"Tenemos unas condiciones climatológicas muy secas, con temperaturas que podrían alcanzar los 40 grados y peligro extremo de fuego", dijo el jefe de servicios de emergencia de Victoria, Bruce Esplin.

Esplin recordó a los habitantes de las áreas cercanas a los fuegos que deben decidir si se quedan a proteger sus hogares de las llamas o huir.

Una vez tomada la decisión, deben mantenerse firmes y no escapar cuando vean el fuego acercarse, pues muchos de los fallecidos hace veinte días perecieron en sus coches, en un intento demasiado tardío de escapar.

Este tipo de advertencias, difundidas por los medios de comunicación locales con insistencia, han hecho mella en los ciudadanos que, en esta ocasión, han decidido evacuar sus casas en bandadas, ante la proximidad de las llamas.

Es el caso de los habitantes de Healesville, unos 65 kilómetros al noreste de Melbourne, que esta mañana se levantó rodeado de humo por un fuego cercano.

Unos 3.000 bomberos luchan en estos momentos en decenas de frentes que siguen ardiendo en el estado de Victoria y que podrían comportarse de manera inesperada debido al cambio de la dirección del viento que se espera para hoy.

Los incendios en Victoria comenzaron el 7 de febrero del 2009, en el ya conocido como "Sábado negro", después de dos semanas bajo una ola de calor sin precedentes en el sur de Australia.

Hasta la fecha, los 3.500 focos registrados han matado a 210 personas, destruido cerca de 1.900 casas y arrasado 455.000 hectáreas de terreno, en su mayor parte bosques.

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