El jefe del equipo de secuestros de la Guardia Civil y responsable de la investigación, el teniente coronel Sánchez, asegura que la torpeza o la improvisación de los secuestradores fue uno de los aspectos clave para que los agentes del instituto armado descubrieran dónde estaba encerrado el empresario gallego secuestrado y liberado la semana pasada. Según Sánchez, uno de los colaboradores de los cabecillas "dejó una carta en el buzón de la madre del secuestrado". Esto, continúa, permitió que "se le pudiera seguir" y se llegara hasta el zulo.El teniente coronel reveló todos los detalles durante su intervención en el programa de radio Seguridad y Tribunales. Aseguró que la banda estaba formada por personas muy distintas que se habían juntado temporalmente para llevar a cabo esta acción, que la mayoría no tenía experiencia y que la "improvisación" facilitó mucho la tarea de la Guardia Civil.
"No se trataba de un grupo organizado, sus acciones eran improvisadas y el móvil era económico, pues se iban a repartir los 70.000 euros que pedían por el empresario entre ocho personas", cantidad que la propia Guardia Civil atribuía a esa incompetencia de los delincuentes, ya que resulta muy discutible que se trate de un montante suficiente como para asumir ese riesgo, sobre todo si había que dividirlo.
A la hora de fijar la cantidad solicitada por la vida del gallego, dedicado al negocio de la madera, los secuestradores incluso "le preguntaron por el precio de su vida, para saber qué cantidad podían pedir", cuenta el teniente coronel como un ejemplo más de esa impericia."Le habrían matado"
Según el jefe de la investigación, el empresario, que el mismo día de su liberación cumplía cinco días de cautiverio y por lo tanto finalizaba el plazo dado por los secuestradores, llegó a temer por su vida. "Si no le hubiéramos rescatado, le habrían matado", afirma Sánchez, quien confiesa que, cuando entraron los agentes para liberarle, el hombre creía que se trataba de los delincuentes que venían a terminar con él.
El empresario fue secuestrado el día 18 de enero cerca de su localidad natal, Cambre (A Coruña), y hasta la madrugada del pasado viernes no tuvo lugar su liberación. Sánchez indica que uno de los secuestradores "tenía antecedentes por secuestro e incluso por homicilio", pero que aún así "era un grupo con un cierto caos, no tenían gran información sobre la víctima".
Sánchez niega que se hayan incrementado los secuestros en nuestro país a raíz de la crisis. En España, este tipo de amenazas no tienen cabida, "ya que si alguien aquí se siente amenazado, pone una denuncia y se activan las fuerzas de seguridad del Estado". En otros países, sin embargo, continúa, "los delincuentes juegan con el miedo que la gente tiene a los secuestradores y se aprovechan de ello para amenazarles incluso por teléfono".
El juzgado de instrucción número 2 de Betanzos (A Coruña) ha imputado a los ocho detenidos por un delito de secuestro. Todos se encuentran en prisión incomunicada y sin posibilidad de salir bajo fianza.
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