Messi y Rigau: cuando las emociones desprestigian a la ley... ¿y a la inteligencia?

    • Sabemos que Messi no es un experto en fraude fiscal. Messi es un jugador de fútbol extraordinario, pero no le pidas más.
    • Esto no significa que sea completamente inocente de lo que ha hecho: las Administración no tiene piedad con los ciudadanos de a pie.
Los partidos independentistas y el Govern arropan a Rigau
Los partidos independentistas y el Govern arropan a Rigau

Sabemos que Messi no es un experto en fraude fiscal. Messi es un jugador de fútbol extraordinario, pero no le pidas más. No tiene conocimientos para ello ni tiempo para adquirirlo.

Aunque Messi haya defraudado a Hacienda, (y está claro que lo ha hecho porque ya ha devuelto cinco millones a Hacienda) no se le puede achacar la misma culpabilidad moral que a su asesor fiscal o a las personas que se los han recomendado (al parecer, su padre).

Esto no significa que sea completamente inocente de lo que ha hecho. Los teóricos de la moralidad explican que el ser humano incurre en el mal por acción, pensamiento u omisión.Una disculpa pública

A Messi se le puede culpar con toda razón de no haber escogido a las personas adecuadas para custodiar su dinero de legal. Y debe recibir su correspondiente sanción económica, aparte de la moral, que yo personalmente la consideraría satisfecha si tuviera la delicadeza de, al menos, pedir perdón.

"Lo siento, me equivoqué y… no volverá a suceder". ¿Se acuerdan? Si se lo exigimos a un jefe de Estado, ¿por qué no a un jugador de fútbol?

Me parece lógico que a Messi no se le tiren tomates por la calle ni se le persiga llamándole "ladrón" o "defraudador" por lo que decía al principio. Estoy seguro de él que no ha querido defraudar a Hacienda ni meterse, como dicen los argentinos, "en semejante quilombo".

Pero lo ha hecho. Por omisión. Una cosa es que no sea un experto y otra cosa es que no sea un señor mayor de edad al que se le presume capacidad para cumplir las mismas obligaciones a las que estamos todos sometidos.

También parece lógico, y conveniente, que su afición le aplauda y le felicite cuando hace bien su trabajo, mete muchos goles y ayuda a ganar a su equipo.

Lo que me parece menos lógico es que le ovacionen allá donde va, incluso cuando acude a los juzgados para declarar como imputado por pagar al Estado menos de lo que debía. O cuando llega al teatro.

¿Que Messi es el mayor contribuyente de España? No le quito ningún mérito. Pero en este país se paga lo que se debe, no lo que se quiere, aunque sea mucho. A un operario de fábrica no le perdonan un céntimo. A Messi tampoco. A un autónomo le revisan al milímetro las facturas. A Messi también. A un taxista le fríen a multas, algunas de ellas muy discutible. Pues tres cuartos de lo mismo para Messi, Ronaldo o Del Bosque.Administración inflexible

Pensemos en la experiencia que ha tenido cada uno de nosotros con la Administración. Es inflexible. Nos ponen multas injustas. Nos mandan declaraciones paralelas que no tienen sentido. Nos suben impuestos y tasas por las buenas o por las malas. Nos hacen perder un tiempo que a nosotros nos falta y a Messi le sobra, porque tiene cómo pagar a quién se ocupe de sus líos. Nosotros nos tenemos que aguantar. No pedimos que nos ovacionen cuando acudimos a los tribunales o tenemos que pasar por el frío aro de la burocracia.

Quien habla de Messi, habla de Rato, Bárcenas... o Rigau. Porque esa es otra. La Administración, que tan impacable resulta con el ciudadano de a pie, debe mostrarse de igual modo con los políticos, empresarios o famosos.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña llamó a declarar como imputada a una ciudadana, la consellera de Educación, que incumplió a sabiendas una resolución del Tribunal Constitucional.Cualquier Estado de Derecho

El Tribunal no entra a valorar si es legítimo aspirar a la independencia. Trata de confirmar una sospecha bastante evidente: que Rigau incumplió la ley. El TC le advirtió que no hiciera tal cosa. Ella lo hizo. Ergo todo parece indicar que ha incumplido la ley y que, antes de condenarla, debe de ser escuchada.

(Te interesa leer: Cientos de personas arropan a Rigau en su declaración en el juzgado)

Hasta ahí, todo lógico, desde el punto de vista procesal. Lo que escapa a todo entendimiento es la reacción de una masa enfervorizada que ha entendido este procedimiento como una agresión del Estado a las aspiraciones del independentismo catalán.

Pregunto: ¿qué se supone que deben hacer los tribunales, nacionales, regionales o independentistas, cuando de forma pública y notoria se incumplen sus resoluciones? ¿Pelillos a la mar? ¿Pero no se dan cuenta estos jaleadores que así no funcionaría ningún Estado de Derecho, ni siquiera el que ellos pretende construir?

El camino hacia la independencia de un país tiene dos vías: la violencia o las instituciones. Los catalanes independentistas han descartado felizmente la primera. No les queda más remedio que seguir la segunda. Desde luego, mal empezamos si comenzamos jaleando a quienes, rechazando aquéllas, se burlan de éstas.

Sigue @martinalgarra

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