En una visita a la provincia de Mendoza, en el centro-oeste de Argentina, donde el sábado volverán a verse las caras los archirrivales del fútbol local, Macri criticó las peleas que se dieron en un encuentro amistoso el sábado pasado.
El partido que terminó 1-0 con cinco jugadores expulsados de ambos equipos --tres de Boca y dos de River-- y varias peleas en la cancha, Macri lamentó que una vez más se ofreciera un espectáculo que es "realmente cualquier cosa menos eso, deporte", dijo al visitar la región vitivinícola.
"Claramente esperamos todos los argentinos, los que somos de Boca, de River o de otros equipos, a los que no les gusta el fútbol, que se vea en la cancha un espectáculo que tenga que ver con el deporte", indicó.
"El fútbol tiene que ser realmente un lugar de encuentro, y el espectáculo tiene que ir alrededor de que uno gana y otro pierde, y al que le toca perder, bueno, tendrá oportunidad, como la vida da y el deporte da muchísimas veces, de la revancha", dijo.
"No podemos volver a caer en el espectáculo bochornoso que tuvimos el sábado pasado", dijo a la vez que deseó un triunfo de su equipo 'xeneize'.
Boca y River protagonizaron un sonado escándalo en mayo de 2015 en un partido por la clasificación a los cuartos de final de la Libertadores, suspendido cuando en el estadio de Boca, la Bombonera, varios jugadores 'millonarios' sufrieron ataques con un líquido tóxico por parte de hinchas 'xeneizes' mientras cruzaban la manga para comenzar el segundo tiempo.
En el país donde el fútbol es religión está prohibida desde 2013 la presencia de la parcialidad visitante en las canchas para prevenir incidentes. Pero, desde entonces, se registraron hechos violentos por disputas de poder entre facciones de una misma hinchada.
Mauricio Macri, serio y poco carismático, encontró en el fútbol un trampolín en su exitosa carrera política luego de presidir el popular Boca Juniors de 1995 a 2007, la etapa más ganadora de la historia del club, con 17 títulos, 11 de ellos internacionales.
Ganó la alcaldía de Buenos Aires en 2007 y 2011 y contra todo pronóstico de encuestadoras políticas ganó la presidencia argentina con una alianza de centro derecha en una segunda vuelta el pasado 22 de noviembre.
pb/ol
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios