Las locales consolidan el auge xenófobo y castigan al Gobierno en Holanda

  • Las elecciones municipales celebradas ayer en Holanda han puesto en alerta a los partidos de la coalición gobernante de centro izquierda, que han perdido apoyo en sus ayuntamientos más fuertes, mientras se consolida el líder xenófobo y antimusulmán Geert Wilders (PVV).

La Haya, 20 mar.- Las elecciones municipales celebradas ayer en Holanda han puesto en alerta a los partidos de la coalición gobernante de centro izquierda, que han perdido apoyo en sus ayuntamientos más fuertes, mientras se consolida el líder xenófobo y antimusulmán Geert Wilders (PVV).

La coalición de Gobierno está formada por liberales (VVD) y laboristas (PvdA).

Wilders, que en la campaña optó por atacar a la comunidad de los marroquíes en Holanda, solo se presentó en dos ayuntamientos.

Su formación radical ganó en uno de ellos, Almere -una ciudad dormitorio de Amsterdam- y quedó en segunda posición y a muy poca diferencia de los liberales de izquierda, los grandes vencedores de estos comicios, en La Haya.

Según un reciente sondeo de la televisión holandesa NOS, si ahora el país tuviera unas elecciones generales, Wilders conseguiría 25 escaños en el Parlamento, diez más de los que tiene actualmente.

El tono agresivo del político contra los marroquíes afincados en Holanda ha hecho que una de las asociaciones que agrupa a este colectivo haya empezado hoy a preparar una denuncia en su contra.

Wilders celebró anoche su victoria en ese ayuntamiento a gritos de "menos marroquíes", mientras sus seguidores le coreaban gritando: "menos, menos".

No es la primera denuncia contra Wilderes, ya que un ciudadano de La Haya presentó una queja oficial durante la campaña, aunque a título personal.

En las redes sociales, las palabras de Wilders han hecho que se le compare con Adolf Hitler y el líder socialista Emile Roemer le ha criticado por "sembrar el odio".

Trasladando los resultados a la política nacional estos comicios han sido sobre todo desastrosos para los laboristas, que han perdido su ayuntamiento más emblemático, Amsterdam, que ha contado con un gobierno liderado por el PvdA desde 1946.

En Amsterdam los vencedores de los comicios han sido los liberales de izquierda (D66).

Las consecuencias no se han hecho esperar y el cabeza de lista laborista en la capital holandesa, Pieter Hilhorst, ha anunciado su retirada de la política local, lo que es interpretado por los analistas como la cara más visible de la decepción de ese partido gobernante.

El líder nacional del PvdA, Diederik Samsom, lamentó hoy la decisión del político local, pero anunció que no piensa seguir su ejemplo, porque está dispuesto "a recuperar la confianza de los electores" en su partido, según declaró hoy a los medios de comunicación.

Además de en Amsterdam, los laboristas han perdido influencia en La Haya y Rotterdam, donde les han arrebatado los votos los liberales de izquierda (D66), que ha sido el partido más beneficiado del espectro político nacional.

En las elecciones locales de 2006 el PvdA consiguió el 23 % de los votos, que se redujo cuatro años más tarde hasta el 15 % para pasar al 10 % en estas últimas municipales.

El partido del primer ministro Mark Rutte (VVD), ha seguido la misma tendencia a la baja y ha salido vencedor solamente en dos ayuntamientos y rebajado del 15 al 12 % el apoyo electoral.

Rutte reconoció en los medios de comunicación que su partido "ha recibido una señal de aviso" que no puede ignorar.

Por el contrario, los socialistas de izquierda y euroescépticos (SP) duplicaron el número de asientos en los 380 ayuntamientos en liza y confirmaron el apoyo que también este partido ha tenido en las legislativas de 2012, en las que consiguió 15 escaños.

El SP se ha consolidado como la tercera del país, igualado con los antimusulmanes.

Los grandes vencedores de estos comicios, que han tenido una participación del 52 %, han sido los partidos locales, confirmando una tendencia habitual en la política holandesa.

Esa tónica ha sido en estos comicios reforzada también por progresivo desplazamiento de las competencias a los ayuntamientos en materias como la gestión sanitaria y el cuidado de los ancianos.

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