Los socialistas escenifican su tregua interna y apoyan como un solo hombre a Rubalcaba

    • Las acusaciones del líder del PSOE a Rajoy de recortar "derechos y libertades" de los ciudadanos provocan momentos de crispación.
    • El jefe de la oposición sube a la tribuna sin discurso y se apoya solo en unas notas manuscritas.
Rubalcaba advierte en el Debate del Estado de la Nación de la "cacicada mayor" de la reforma del Estatuto de C-LM
Rubalcaba advierte en el Debate del Estado de la Nación de la "cacicada mayor" de la reforma del Estatuto de C-LM

El cara a cara entre Rajoy y Rubalcaba, momento cumbre del debate sobre el estado de la Nación, ha estado lejos de ser el más agrio de los enfrentamientos entre ambos, aunque ha dejado momentos de cierta crispación. Lo que más ampollas ha levantado entre las filas populares ha sido el ataque del líder de la oposición al presidente del Gobierno, en torno a la mitad de su discurso, acusándole de menoscabar "derechos y libertades" de los ciudadanos, en especial de las mujeres.

Rubalcaba no tenía escrito su discurso y tan solo se ha apoyado en unas pocas notas, la mayoría hechas esa misma mañana –ha comido con su equipo mientras ultimaba los detalles-, para exponer que el Ejecutivo del PP ha pintado una España irreal, una especie de arcadia donde todo va bien, que no se corresponde con lo que vive la gente. La primera ovación le llegó nada más empezar –"señor Rajoy, ¿usted en qué país vive?"-, poco antes de blandir algunos titulares de prensa con los que quería evidenciar las "mentiras" de su contrincante.

Que los socialistas se han dado una tregua entre sí y han aparcado las disputas internas es algo palpable. Hoy apoyaban como un solo hombre las frases y gestos más efectistas de su líder y, al concluir este, todos, sin excepción, se han puesto en pie y han aplaudido largo rato. Ni los menos rubalcabistas de los presentes ha faltado al pacto tácito. A la mano derecha del cántabro, Elena Valenciano, hasta se le ha caído el bolso escaleras abajo del ímpetu con el que se ha empleado. La portavoz del grupo, Soraya Rodríguez, se apresuró a cuchichearle al oído al jefe en un gesto que por un momento pareció otra cosa.

Al contrario que el año pasado, cuando muchos calificaron de "blanda" la intervención de Rubalcaba, hoy sí han quedardo contentos con la subida de tono del líder, que ha hecho de la defensa de los derechos sociales el eje de su discurso.Solo su ritmo atropellado –él tiene límite de tiempo y ha de contestar en 30 minutos a lo que Rajoy expone en 90- le ha impedido disfrutar de más ovaciones.

En el otro lado de la bancada, Soraya Sáenz de Santamaría no paraba de llenar folios que luego le pasaba al presidente, quien a su vez transcribía lo que consideraba más importante a sus papeles. José Ignacio Wert mostró su indignación musitando algo a Rubalcaba dedo en ristre cuando éste clamaba contra los recortes en las becas, acción que repitió su colega Fátima Báñez –el líder socialista la tomó con ella un buen rato-, vestida de verde esperanza posiblemente para ilustrar–a falta de un respiro en la EPA- la mejora económica relatada por el presidente.

Rajoy se ha mostrado más confiado y menos combativo que en 2013 y por momentos ha adoptado un tono arrullador que pareció hacer mella en algunos diputados, a tenor de los bostezos reprimidos por Ignacio Astarloa o Irene Lozano. Se ha ceñido a su estrategia y no ha tocado la polémica del aborto, ni se enredó más de lo necesario en temas como la sanidad o la educación. Era consciente de que su mejor baza era volver a recordarle su pasado al jefe de la oposición: "El mayor recorte social de la historia de España son los tres millones cuatrocientos mil parados" de la etapa Zapatero.

La ironía del gallego -que se fue a comer a Moncloa, "pasta con aceite" según su entorno- solo se dejó ver en un par de ocasiones –"me tranquiliza su discurso apocalíptico, a tenor de cómo fueron sus predicciones en el pasado-, así como sus titubeos, otras veces célebres. Uno de ellos, que pasó casi inadvertido, a buen seguro fue culpa del subconsciente traicionero. "La ley de independen… dependencia", balbuceó al responder a Rubalcaba, probablemente con la cabeza ya puesta en la réplica a Duran i Lleida, siguiente en la lista.

Sigue @davidmartinezg//

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