Cotino, un 'agricultor' especializado en asuntos policiales

    • El exdirector de la Policía ha desarrollado su vida política al amparo de Rita Barberá y Jaime Mayor Oreja.
    • Desde el principio se dedicó a gestión de la seguridad, tanto al frente de la Concejalía de Policía del Ayuntamiento de Valencia como en la Dirección General de la Policía o en la Delegación del Gobierno.
Jaime Mayor Oreja y Juan Cotino saludan a unas religiosas.
Jaime Mayor Oreja y Juan Cotino saludan a unas religiosas.

La mayor parte de la vida política de Juan Cotino (Chirivella, 1950) ha estado vinculada a responsabilidades policiales, a pesar de que su origen fue la agricultura (nació en una familia de empresarios de este sector). Primero fue concejal de seguridad y tráfico con Rita Barberá al frente del Ayuntamiento de Valencia, puesto que mantuvo entre 1991 y 1996, hasta que el PP ganó las elecciones generales. Su relación con Jaime Mayor Oreja, con quien coincidió en la Unión de Centro Democrático, provocó que el nuevo ministro del Interior le llamara para ocupar uno de los cargos más importantes del Gobierno.

Entre 1996 y 2002 fue el director de la Policía. Desde ahí impulsó el plan Policía 2000, aunque con poco éxito. El programa pretendía atajar los delitos que más alarma social generaban entre la ciudadanía: menudeo, tirones, robos en casas, sustracción de vehículos y violencia urbana. Sin embargo, no solo no funcionó –pues la criminalidad se incrementó durante los años posteriores–, sino que tuvo consecuencias colaterales.

Cotino quitó efectivos de los departamentos de investigación de la Policía para recolocarlos en las áreas que combaten los citados delitos. Esta decisión fue duramente criticada por el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), el mayoritario en el cuerpo, que por aquella época era aún más representativo que hoy.

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El entonces secretario general de la organización, José Manuel Sánchez Fornet, incluso dio ruedas de prensa vestido de uniforme, lo que le costó tres expedientes, aunque posteriormente se la quitaría el sucesor de Cotino.Sánchez Fornet cuenta hoy que su relación con Cotino mejoró cuando éste dejó de ser director de la Policía y que el entonces máximo responsable del cuerpo incluso le reconoció después que el plan Policía 2000 había sido un error.

Otros le aplauden que tratara de introducir criterios empresariales –aprendidos gracias a su experiencia en la administación de sus negocios– dentro de la corporación, que se tradujeron en iniciativas como la introducción del sistema de renting en la contratación de los coches patrulla.

El cargo de director de la Policía lo ostentó Cotino con Jaime Mayor Oreja, primero, y Mariano Rajoy, después, al frente del Ministerio del Interior. Luego vendría Ángel Acebes, quien decidió sustituir al político valenciano por Agustín Díaz de Mera. Este último mejoró la relación con los sindicatos policiales, pero jugó un conflictivo papel durante la investigación del 11M.

El valedor de Cotino en el Gobierno, Mayor Oreja, había sido enviado al País Vasco para presentarse como candidato a lehendakari a las elecciones autonómicas, lo que motivó la llegada de Rajoy a Interior. El director de la Policía se quedaba sin padrino político en Madrid. Rajoy le mantuvo, en esa costumbre 'marianista' de no tocar las cosas, pero el siguiente inquilino de Interior, Ángel Acebes, le sustituyó por Agustín Díaz de Mera, con quien el último ministro de la era Aznar formaría un polémico tándem en la gestión de la investigación del 11M.Vuelta a casa

De hecho, se puede decir que Cotino tuvo suerte quitándose del medio, pues aquel Ministerio era una auténtica olla a presión y la controvertida instrucción de los atentados de Atocha posiblemente se hubiera llevado por delante a cualquiera. Su tierra natal fue por lo tanto una digna y oportuna salida para el exresponsable de la Policía, quien, afalta de 'amigos' en la capital de España, siguió manteniendo relación con el cuerpo desde su Comunidad Valenciana, donde ejerció como delegado del Gobierno, cargo que ocuparía hasta que el PP perdió las elecciones en 2004.

La vuelta a la política valenciana suponía un cobijo seguro para Cotino, pues los populares arrasaban en el Levante gracias a asuntos como el plan hidrológico, que defendía el trasvase del Ebro en contra del criterio catalán y aragonés y que, sobre todo, provocaba un rechazo de la mayor parte de la ciudadanía de Murcia y la Comunidad Valenciana a las posiciones incoherentes del PSOE en esta materia.

En casa, el entonces president Francisco Campsle nombró consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación, lo que suponía el regreso de Cotino a sus orígenes familiares. Desde aquel 2004, el político siguió vinculado al Gobierno regional, primero como vicepresidente tercero y luego como consejero de Bienestar Social y posteriormente de Medio Ambiente, Agua y Urbanismo. Desde 2011 ocupa el puesto de presidente de Las Cortes Valencianas, donde ha concluido su carrera política.

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