El Gobierno irlandés afronta dividido votación sobre la nueva ley del aborto

  • La Cámara baja (Dáil) del Parlamento irlandés vota hoy la nueva ley del aborto entre la división de parte de la formación conservadora gobernante, que se opone a que se pueda interrumpir un embarazo cuando la vida de la madre corra peligro por la amenaza de suicidio.

Dublín, 10 jul.- La Cámara baja (Dáil) del Parlamento irlandés vota hoy la nueva ley del aborto entre la división de parte de la formación conservadora gobernante, que se opone a que se pueda interrumpir un embarazo cuando la vida de la madre corra peligro por la amenaza de suicidio.

Durante la jornada, los diputados discutirán hasta 165 enmiendas presentadas durante la última semana para modificar la legislación redactada por el Gobierno de coalición entre conservadores y laboristas, tras lo cual se procederá a la votación, prevista para las 21.00 horas (GMT).

Entre los miembros del mayoritario partido Fine Gael (FG) que se oponen a partes del documento destaca la ministra para Asuntos Europeos, Lucinda Creighton, quien alega motivos de conciencia para no aceptar, en concreto, la cláusula sobre la amenaza de suicidio.

Creighton y varios correligionarios se exponen a ser expulsados de la formación democristiana si votan en contra, según ha advertido el primer ministro irlandés, Enda Kenny, quien quiere que la ley esté lista antes de que el Parlamento comience las vacaciones de verano a mediados de este mes.

La inclusión de la amenaza de suicidio como motivo para abortar es la cláusula que más preocupa a algunos conservadores, pues creen que abrirá la puerta en Irlanda a lo que denominan "abortos a la carta".

En la actualidad el aborto es ilegal en Irlanda menos cuando la vida de la madre está en riesgo pero está sujeto a la interpretación de los médicos, que normalmente tienden a negarse a interrumpir embarazos por miedo a consecuencias legales o por convicciones religiosas en un país mayoritariamente católico.

La nueva ley sustituirá a la normativa actual, que permite interrupciones del embarazo en circunstancias muy limitadas siguiendo directrices muy vagas recogidas en la Constitución.

El texto propone ahora que las interrupciones del embarazo en casos no considerados "de urgencia" se practiquen en unidades de ginecología del servicio público de salud, después de que dos médicos certifiquen que existe un "riesgo sustancial y real" para la vida de la madre.

Si se trata de una emergencia, un solo médico podrá decidir si es necesario practicar un aborto para salvar la vida de la embarazada.

No obstante, los médicos irlandeses podrán negarse a practicar un aborto por "objeción de conciencia", si bien el hospital seguirá estando obligado a ofrecer la interrupción del embarazo en casos pertinentes.

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