La UE carga con dureza contra el populismo y el egoísmo nacionalista

  • El Rey asegura que "España resolverá el inaceptable intento de secesión por medio de la Constitución".
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani (c), el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker (d), y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk (i), tras recoger el Premio Princesa de Asturias 2017 de la Concordia
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani (c), el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker (d), y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk (i), tras recoger el Premio Princesa de Asturias 2017 de la Concordia

La entrega de los premios Princesa de Asturias se convirtió en un alegato contra los nacionalismos excluyentes y el respeto a la Constitución y el Estado de Derecho. El momento culminante de la noche fue la entrega a Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo; Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión; y Donald Tusk, presidente del Consejo, del galardón a la Concordia. Los tres acudieron a Oviedo en representación de la Unión Europea, condecorada en el 60 aniversario de la firma del Tratado de Roma por haber "logrado el más largo período de paz de la Europa moderna".

El discurso más contundente fue, sin duda, el de Tajani, que atacó con dureza el auge de lo que ha venido en calificar de "egoísmo nacionalista". Para el presidente del Parlamento Europeo, uno de los pilares fundamentales para contribuir al futuro de la Unión Europea es no levantar fronteras entre sus ciudadanos. "Demasiadas veces se nos ha ofrecido el paraíso cambiando las fronteras, y se nos ha llevado con ello a los infiernos", recordó el político italiano al Teatro Campoamor. Frente a "egoísmos nacionalistas", Tajani quiso además poner en valor el principio de la solidaridad, de tal forma que la prosperidad beneficie a todos, incluyendo a los que más aportan. "Salimos de una de las peores crisis a las que nos hemos enfrentado. Vendrán tal vez otras. Hay algunos en Europa, populistas y nacionalistas, que gastan esfuerzos y recursos en separarnos. Mejor harían en trabajar por la concordia", sentenció.

Tajani recordó en su discurso "la importancia del respeto al Estado de Derecho" y aseguró que la España moderna ha conquistado, tras la Constitución de 1978, "la libertad, la democracia y una mejor vida para todos". El Presidente del Parlamento Europeo destacó que "cuando el Tribunal de Justicia dicta una sentencia, se aplica y punto"; y apostilló que "a nadie se le ocurre en la Unión Europea saltarse las normas aprobadas entre todos", para después añadir que todos los tratados se pueden cambiar. 

El Rey insiste en una solución institucional

Esperadísimo, el discurso de Felipe VI no esquivó el desafío independentista, aunque se guardó el tema para el final. El jefe del Estado afirmó tajante que "España tiene que hacer frente a un inaceptable intento de secesión en una parte de su territorio nacional", y aseguró que "lo resolverá por medio de sus legítimas instituciones democráticas, dentro del respeto a nuestra Constitución y ateniéndose a los valores y principios de la democracia parlamentaria en la que vivimos desde hace ya 39 años". Acto seguido, el Rey apeló a la unidad nacional con la que los españoles han convivido durante las últimas décadas. "No podemos olvidar que hemos continuado nuestra historia, haciendo honor a nuestra decisión soberana de convivir juntos en democracia. Hemos vivido y compartido éxitos y fracasos, triunfos y sacrificios, que nos han unido en alegrías y sufrimientos", recordó.

En la misma línea, Felipe VI hizo un llamamiento "a lo que todos juntos hemos construido, que constituye un valiosísimo legado que a todos y cada uno nos pertenece por igual", y que ha sido posible "gracias a una España cimentada en el deseo sincero de convivencia y de entendimiento, y en el respeto de las normas y las reglas de la democracia". El Jefe del Estado hizo hincapié, también, en la diversidad dentro de la unidad de una España "abierta y solidaria, en la que los pueblos que la integran pudieran viesen protegidas, reconocidas y respetadas sus lenguas, sus culturas, sus tradiciones y sus instituciones como un patrimonio común que nos enriquece e identifica a todos". 

De cara al futuro, Felipe VI volvió a reiterar el concepto de unidad como única vía, poniendo como ejemplo a la Unión Europea. "Ningún proyecto de progreso y libertad se puede construir rompiendo la convivencia democrática", apuntó, "ni se sustenta en la división, ni puede conducir al aislamiento o al empobrecimiento de un pueblo". En un discurso que presenciaron con atención Mariano Rajoy, buena parte de su Consejo de Ministros y el presidente del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Koen Lenaerts, el Rey calificó al organismo internacional como "un referente para España en el origen y en la consolidación de la democracia, y que ha impulsado decisivamente la prosperidad y el bienestar" del país.

Europa reafirma la Concordia

Haciendo honor al premio a la Concordia que recogieron, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker; y el presidente del Consejo, Donald Tusk, abogaron por el "respeto" y el "diálogo" en el Viejo Continente. "La ley tiene que ser respetada por todos los que participan en la vida pública", señaló Tusk en relación al conflicto catalán, y añadió que "la armonía es mejor que el caos". Juncker, por su parte, centró su intervención en recordar que "el lugar de España es y seguirá siendo estar en el corazón de Europa", y apostilló que "sin España, Europa sería mucho más pobre"; antes de terminar su discurso con un aclamado "Viva España" y "Viva Europa".

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