Se trata de una enfermedad pulmonar crónica del recién nacido prematuro que, como consecuencia de múltiples factores añadidos a la inmadurez de las vías aéreas y el pulmón, provoca una disminución del crecimiento pulmonar limitando la función respiratoria, pudiendo alcanzar formas graves e incluso producir la muerte. Por su baja incidencia, cada año afecta a cerca de 1.000 bebés nacidos en España, es una patología rara y bastante desconocida para la población general.
En este sentido, los datos del registro, puesto en marcha con el apoyo de la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (Fundación IMAS), y en el que se ha recogido información de 455 pacientes de 54 centros participantes en el proyecto, han puesto de manifiesto que
Asimismo, el peso medio de estos neonatos suele ser 900 gramos, la estancia media hospitalaria unos 3 meses (88 días) y la mortalidad en el ingreso del 2,5 por ciento. Además, un 69 por ciento de los niños con displasia broncopulmonar analizados en el trabajo había nacido mediante cesárea y el 62 por ciento sufrió una sepsis nosocomial.
La mayoría de los recién nacidos que sufrieron DBP no fueron intubados en paritorio (44,2%) y, además, no todos recibieron tratamiento con surfactante (el 80,4%). El 22,3 por ciento no requirieron asistencia respiratoria invasiva durante su hospitalización.
"Esto confirma que, aunque en muchos casos existe el antecedente de una insuficiencia respiratoria inmediata, esto no es así siempre, por lo que esta enfermedad tiene probablemente un origen multifactorial y prenatal", ha explicado el director del proyecto y presidente de la Unión Europea de Sociedades de Neonatología y Medicina Perinatal (UENPS), Manuel Sánchez Luna.
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