EL ÁRTICO BATE ESTE AÑO RÉCORDS HISTÓRICOS DE CALOR Y DESHIELO

- La temperatura es la más alta desde 1900 y aumenta el doble que en el resto del planeta. La temperatura del aire en el Ártico ha llegado a un calentamiento sin precedentes desde que el registro histórico comenzara en 1900, lo que ha contribuido a un retraso récord en el congelamiento del hielo marino y a una masiva fusión de la capa helada y de la cobertura nevada terrestre de Groenlandia.
Estos son algunos datos extraídos de la undécima edición del ‘Arctic Report Card’, un boletín anual liderado por la agencia estadounidense NOAA (Administración Nacional Atmosférica y Oceánica) que se ha convertido en una herramienta de referencia para analizar los cambios en el Ártico y sus efectos en comunidades, empresas y personas. El de este año fue realizado por 61 científicos de 11 países, que analizaron los cambios en el aire, el océano, la tierra y los ecosistemas árticos.
Entre sus conclusiones principales destaca que la temperatura del aire sobre las áreas terrestres del Ártico entre octubre de 2015 y 2016 fue la más alta en el registro histórico, con un incremento de 3,3º desde 1900, con lo que la región ártica continúa calentándose el doble que la media del resto del planeta.
Además, la cubierta de nieve ártica en América del Norte estableció un récord mínimo la pasada primavera porque su extensión descendió en mayo por debajo de los cuatro millones de kilómetros cuadrados por primera vez desde que comenzaran las observaciones por satélite en 1967.
La capa de hielo de Groenlandia continuó perdiendo masa en 2016, como lo ha hecho desde que en 2002 se iniciaran las mediciones vía satélite. El comienzo de la fusión de la capa de hielo en esta isla fue la segunda más temprana de los 37 años de registro histórico y se acercó al récord de 2012.
MÁS ALGAS
Por otro lado, el informe indica que la extensión mínima del hielo marino del Ártico entre mediados de octubre y finales de noviembre de este año fue la más baja desde que el registro de satélites comenzara en 1979, y un 28% inferior que la media de octubre entre 1981 y 2010.
El hielo del Ártico está adelgazando porque el hielo de varios años comprende ahora un 22% de la superficie helada, por el 78% de hielo del primer año, que es más frágil. En 1985, el hielo de varios años abarcó un 45% de la cubierta helada.
Además, la temperatura de la superficie marina el pasado agosto fue 5ºC superior a la media de entre 1982 y 2010 en los mares de Barents y Chukchi, y en las costas este y oeste de Groenlandia.
El derretimiento en primavera y el retroceso del hielo marino permitieron que más luz solar alcanzara las capas superiores del océano, lo que estimuló la proliferación generalizada de algas y otras minúsculas plantas marinas que forman la base de la cadena alimentaria en un Ártico que se calienta.
“Rara vez hemos visto al Ártico mostrar una señal más clara, fuerte o pronunciada de calentamiento persistente y sus efectos en cascada sobre el medio ambiente que este año”, apunta Jeremy Mathis, director del Programa de Investigación del Ártico de la NOAA, quien añade: “Necesitamos mejorar y extender las observaciones sostenidas del Ártico que puedan informar de decisiones sólidas sobre la salud ambiental y la seguridad alimentaria, así como nuevas oportunidades para el comercio”.
MÁS CARBONO A LA ATMÓSFERA
Por otro lado, el informe incluye otros aspectos. Por ejemplo, señala que el Ártico es más vulnerable que otros océanos a la acidificación, un proceso impulsado por la absorción de las emisiones de dióxido de carbono causadas por el ser humano.
Se espera que este fenómeno se intensifique en el Ártico, lo que añade nuevas tensiones en las especies, sobre todo entre las que necesitan carbonato de calcio para construir conchas. Este cambio afecta a las comunidades árticas que dependen de los peces para la seguridad alimentaria y como medio de subsistencia.
En general, el calentamiento de la tundra está liberando ahora más carbono a la atmósfera de lo que está absorbiendo. Dos veces más carbono orgánico está bloqueado en el permafrost, que si se derrite y lo libera podría desencadenar efectos profundos sobre el clima en el Ártico y el resto de la Tierra.
Por último, el informe de la NOAA indica que los cambios recientes en la población de pequeños mamíferos, como las musarañas, pueden tener consecuencias más amplias del cambio ambiental en el Ártico.

Mostrar comentarios