Descubren un exoplaneta que morirá como la Tierra

    • Orbita a solo tres radios estelares de una gigante roja, que pronto lo engullirá.
    • Se trata del planeta más cercano a una estrella de este tipo detectado hasta ahora.
Impresión artística de Kepler-91b con su estrella
Impresión artística de Kepler-91b con su estrella
David Cabezas Jimeno

En el cielo de Kepler-91b hay una inmensa esfera de luz que ocupa un 8% de la bóveda celeste. Su estrella, KOI-2133, es una gigante roja que se halla extremadamente cerca, a apenas tres radios estelares de distancia. Para hacerse una idea, explican los astrónomos, basta pensar que nuestroSol ocupa un 0.0005% del cielo, así que el espectáculo que se vería desde la superficie de este planeta sería grandioso.

Este horizonte de postal tiene un pequeño inconveniente: el planeta está a punto de ser engullido por su estrella, algo que sucederá en un plazo inferior a 55 millones de años, lo que en escalas astronómicas es apenas un soplo. Nuestro Sol terminará algún día como gigante roja y es muy probable que al evolucionar engulla a la Tierra, por lo que lo que estamos viendo podría ser una imagen anticipada de nuestro propio fin. Sirva como consuelo que para eso deben pasar al menos 7.590 millones de años y nuestro Sol estará un poco más lejos de nosotros que lo que Kepler-91b está ahora de su estrella.

El descubrimiento ha sido realizado por investigadores de varias instituciones, liderados por Jorge Lillo-Box y David Barrado, del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), con los datos del telescopio espacial Kepler. Este satélite ha estado obteniendo datos de multitud de estrellas candidatas a albergar planetas y una de ellas es la gigante roja KOI-2133. La estrella tiene un radio de 6,3 veces el radio del Sol y el planeta gigante gaseoso tiene un radio de 1,38 veces el radio de Júpiter y 0,88 veces su masa.

Las claves para detectar que esta gigante roja alberga un planeta (el más cercano detectado hasta ahora a una estrella de este tipo) ha sido precisamente la cercanía: la gravedad del planeta deforma ligeramente la geometría de la estrella, y eso ha permitido detectar la deformación de la superficie por las fuerzas de marea. "Hay poquísimos detectados con este efecto", asegura David Barrado, "pero en nuestro caso, además, vemos otros efectos, como los "terremotos estelares", que nos permiten caracterizar la estrella de manera muy precisa, de manera análoga a cómo los terremotos terrestres nos permiten "ver" el interior de nuestros planeta".

Al estar tan cerca, el año sidéreo del planeta (lo que tarda en dar una vuelta completa a la estrella) es de apenas 6,24 días. La cercanía de la estrella provoca también que la noche no sea completa. La superficie de la cara nocturna del planeta permanece siempre parcialmente iluminada, como sucede con el sol de medianoche en los polos de la Tierra, solo que aquí sucede en cualquier latitud.

Este trabajo está basado parcialmente en observaciones llevadas a cabo por el Centro Astronómico Hispano-Alemán, en Calar Alto (Almería, España), operado conjuntamente por el Instituto Max Planck de Astronomía (Heidelberg) y el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA- CSIC, Granada). La investigación ha sido posible por el uso intensivo del espectrógrafo CAFÉ, el primer instrumento desarrollado y construido por el observatorio de Calar Alto.

Referencia: KOI-­2133b: a planet at the end of its life (Astronomy & Astrophysics)

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