El desastre de los decodificadores de TDT

  • La inmensa mayoría de las unidades vendidas no soportan las características más avanzadas e interesantes del sistema
El apagón analógico comenzará su fase final el 10 de marzo
El apagón analógico comenzará su fase final el 10 de marzo
Wicho/Microsiervos

Falta un mes menos un día para que en España se produzca el apagón analógico definitivo a partir del cual todas las emisiones de televisión tendrán que ser a través de TDT, la Televisión Digital Terrestre.

A pesar de que hace tiempo que se sabe que esta fecha está ahí, en el tiempo que queda hasta que se produzca va a ser imposible asegurar que no haya parte de la población que se quede sin señal de televisión y que tendrá que esperar un plazo indeterminado para que se de solución a su problema.

Pero aún en los sitios en los que no hay problemas de cobertura el paso a la TDT va a distar mucho de ser un proceso ideal.

Por un lado, aunque uno de los argumentos que se dan a favor de la TDT es su supuesta mayor calidad de imagen, lo cierto es que hasta ahora no ha habido una mejora especialmente apreciable, e incluso en algunos casos se ve peor, por el hecho de que la calidad de la señal se reduce para poder meter más canales, lo que se nota especialmente en aquellas zonas en las que la calidad de la señal no es idónea.

Pero es que además, cuando las cadenas empiecen a emitir en alta definición, resulta que la mayoría de los decodificadores que se han vendido son tan básicos que no tienen la capacidad de procesar este tipo de emisiones, con lo que habrá que sustituirlos por otros que sí lo sean.

Esto es un proceso sencillo en el caso de un decodificador externo, aunque supondrá tirar a la basura la inversión realizada, pero que dejará como inservibles la mayoría -sino todos- de los decodificadores integrados en televisores, que son un importante porcentaje de los vendidos.

Por otro, un absolutamente ridículo porcentaje de los decodificadores vendidos -menos de un 0,06 por ciento según cifras de finales de 2009- soportan el estándar MHP, Multimedia Home Platform, que es el que permite servicios interactivos a través de la TDT, con lo que será otro motivo para la sustitución de miles o millones de decodificadores.

Todo esto me recuerda mucho la primera ola de informatización de muchas empresas pequeñas a principios de los años 80, en la que muchas compraron ordenadores muy mal aconsejados por vendedores que en realidad tampoco tenían mucha idea de lo que vendían, lo que en muchos los casos les obligó a hacer borrón y cuenta nueva y volver a empezar de nuevo.

Y por si todo esto fuera poco, el director de la Oficina Nacional de Transición (ONT) a la TDT, José Antonio Quintela, acaba de reconocer en unas declaraciones que muchos de los decodificadores son de pésima calidad. En sus propias palabras, "Nos han vendido de todo".

Así, aunque habla de que ahora mismo el grado de satisfacción de los telespectadores que ya han hecho la transición a digital es de siete sobre diez, a mi me gustaría ver cómo queda ese grado de satisfacción cuando vayan descubriendo que les han vendido una moto sin ruedas.

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