El terremoto de Japón en 2011 provocó un cambio en la gravedad local

    • Las imágenes del satélite GOCE muestran una deformación en la zona.
    • Un seísmo de tal magnitud cambia la distribución del material y la gravedad de la Tierra.
La marca dejada por el terremoto sobre la gravedad local
La marca dejada por el terremoto sobre la gravedad local

Las imágenes tomadas por el satélite GOCE, de la Agencia Espacial Europea (ESA), revelan que el terremoto que asoló Japón en 2011, y provocó un devastador tsunami, también dejó una cicatriz sobre la corteza terrestre. Este satélite lleva cuatro años observando los cambios en la gravedad terrestre que, pese a lo que puede parecer, no es uniforme sobre la superficie. Los datos de GOCE muestran que la corteza al este de la isla de Honshu, donde se produjo el seísmo de magnitud 9, ha sufrido un cambio permanente.

Estos grandes terremotos, afirman los científicos de la ESA, no solo deforman la corteza, sino que provocan cambios en la gravedad local. Esta gravedad puede variar debido a que los materiales del interior de la Tierra cambian su distribución, como ha sucedido en el caso de Japón. Cuando se puso en marcha el sistema de detección del satélite, aseguran los especialistas de la ESA, esperaban conocer el mapa de la gravedad terrestre con una precisión nunca conseguida, pero no sabían que iban a ver cambios en tiempo real.

Esta misma semana hemos conocido también que el devastador tsunami de Japón originó por un movimiento de las placas tectónicas norteamericana y pacífica sobre una falla anormalmente delgada, informa SINC.

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Estas conclusiones se han obtenido al analizar los datos recogidos por 27 científicos de diez países en el buque de perforación nipón Chikyu en 2012. En los cincuenta días que duró la expedición, los investigadores perforaron hasta tres pozos en la fosa de Japón, lugar donde se originó el maremoto y punto de unión de dos de las principales placas tectónicas de la Tierra.

Las investigaciones, publicadas en la revista Science, alertan de que se pueden repetir seísmos similares en el noreste del Pacífico.

En el terremoto de Japón de 2011, las placas se desplazaron entre treinta y cincuenta metros, el mayor movimiento jamás registrado. Hasta entonces el seísmo a lo largo de una falla más importante ocurrió en 1960 frente a las costas de Chile, donde un fuerte terremoto desplazó las placas del fondo marino unos 20 metros.

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