Expertos alertan del aumento de casos de dependencia emocional


Los casos de dependencia emocional, necesidad enfermiza de cuidado y protección en contextos diversos (familiar, relacional, laboral o académico), han aumentado "de manera notable" en los últimos años, según alertó este jueves Rosa Fernández, miembro de la Sociedad Española de Patología Dual (Sepd).
"Posiblemente haya casos anteriores, pero en los últimos cinco años el número de diagnósticos, su intensidad y complejidad ha crecido bastante", apuntó la doctora Fernández en un comunicado que alude al IV Congreso Internacional de Patología Dual, que se celebrará en Barcelona, entre el 17 y el 20 de este mes de abril.
La doctora Fernández indicó también que entre los expertos parece haber consenso en el hecho de que las nuevas tecnologías y las redes sociales
explican en gran medida el aumento de casos de dependencia emocional.
"Antes cuando se perdía la relación con un amigo o se terminaba un noviazgo se cumplía un período de duelo, sin contacto, que favorecía la reconstrucción de la vida de una manera razonable. Ahora, siempre existe la posibilidad de saber algo de la otra persona, «espiar» su Facebook, revisar su última conexión a WhatsApp o mirar sus fotos de las vacaciones", asegura la psicóloga clínica.
Explica igualmente que la dependencia emocional cumple con todos los criterios de cualquier otro tipo de adicción, si bien el objeto no es una sustancia, sino una persona: deseo irrefrenable, necesidad de contacto, pérdida de control, modificación de los patrones estables de personalidad, etcétera.
"La persona suele darse cuenta de que tiene una relación perjudicial y reconoce a la persona «tóxica», pero cuando intenta romper el vínculo siente que no puede", añade.
Aunque por el momento no se puede definir un prototipo, parece que la dependencia emocional es más frecuente entre las mujeres y se sabe que las adolescentes son más vulnerables a la dependencia y tienen mayor acceso a las redes sociales.
El problema principal es su asociación con otras patologías o con patrones de familia no estable, falta de amistades, etcétera, apunta la psicóloga.

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