Forenses argentinos buscan en España rastros de desaparecidos en la dictadura

  • Madrid.- Un equipo de forenses argentinos recogerá hasta el próximo viernes en España muestras de sangre de familiares de desaparecidos durante la dictadura que vivió el país suramericano entre 1974 y 1983 en el marco de un proyecto que ha permitido identificar hasta el momento a 77 personas.

Forenses argentinos buscan en España rastros de desaparecidos en la dictadura
Forenses argentinos buscan en España rastros de desaparecidos en la dictadura

Madrid.- Un equipo de forenses argentinos recogerá hasta el próximo viernes en España muestras de sangre de familiares de desaparecidos durante la dictadura que vivió el país suramericano entre 1974 y 1983 en el marco de un proyecto que ha permitido identificar hasta el momento a 77 personas.

La visita se enmarca en la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas, puesta en marcha a finales de 2007 por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), explicó a Efe su presidente, Luis Fondebrider.

El objetivo del proyecto es "hacer una recolección masiva de muestras de sangre" de familiares de personas desaparecidas en Argentina durante la última dictadura militar, ya hayan nacido en el país suramericano o en otro, añadió.

Y es que, explicó, entre los 30.000 personas que se estiman desaparecidas durante la dictadura argentina hay también ciudadanos españoles, chilenos, uruguayos, paraguayos y franceses.

Entre los españoles desaparecidos, unos 70 nacieron en España y otros 70 llegaron al país europeo y adquirieron la nacionalidad, a los que se suman miles de ciudadanos cuyos abuelos son o eran españoles.

De las 77 personas desaparecidas identificadas gracias a este proceso, 42 anunciadas en junio y 35 más ahora, figura el primer español, Manuel Coley Robles, identificado 33 años después de su desaparición, dijo Fondebrider.

"La familia vivía en Argentina. Este señor llegó a los 17 años desde Barcelona a la Argentina, comenzó a trabajar en una fábrica, en 1976 fue secuestrado y lo encontramos en una fosa hace algunos años, en un cementerio a las afueras de Buenos Aires", explicó Fondebrider.

"Gracias a esta campaña, sus familiares se acercaron en algún momento en la Argentina a dar esta muestra y mediante la comparación masiva de muestras de sangre y restos fue posible confirmar esta identidad", agregó.

Otro de los últimos identificados es Jorge Di Pascuale, dirigente del gremio de empleados de farmacia secuestrado en 1976, delante de su familia.

Esta es la cuarta visita que el equipo de EAAF hace a España, donde ha recopilado hasta la fecha unas setenta muestras y donde el proyecto continuará a lo largo de este año y de 2010 en los cuatro consulados y la embajada de Argentina en España.

Es precisamente en este último lugar donde se llevarán a cabo estos días la recogida de muestras.

El proceso, confidencial y gratuito, consiste en la toma de varias muestras de sangre que pasan a conformar un banco de muestras de sangre de personas desaparecidas en Argentina y que se compara "con más de 700 esqueletos" que los forenses de EAAF han recuperado en los últimos 25 años de cementerios del país suramericano, señaló Fondebrider.

"A través del ADN es posible en algunos casos confirmar la identidad. En los casos en que se pueda recuperar material genético se compara con estas muestras de sangre, que hemos podido recolectar en los últimos dos años y que asciende a unas 6.000", indicó.

El análisis genético "es la última prueba que se hace" como parte de un análisis antropológico integral.

Antes, se entrevista a los diferentes miembros de la familia, se hace la investigación histórica previa, revisando documentos como certificados de defunción y archivos de la policía, y posteriormente se lleva a cabo la investigación arqueológica, que básicamente es la recuperación de los cuerpos, explicó.

La duración del proceso "depende fundamentalmente de la calidad del ADN que se pueda recuperar de los huesos", dijo el presidente de EAAF: "Hay casos que hemos resuelto en un año y otros que llevan quince años esperando".

Su institución, que tiene 25 años de trayectoria y cuenta con apoyo de los Gobiernos de Argentina y España, además del Congreso de EEUU y la Unión Europea (UE), ha trabajado en casi 40 países, investigando casos de violencia política en conflictos como los de Sudán o los Balcanes.

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