Garmendia cree que España no puede permitirse perder lo avanzado en ciencia

  • La exministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha afirmado hoy que España no se puede permitir "el lujo" de perder lo avanzado en el ámbito de la investigación científica en los últimos años que permitió al país a convertirse en la novena potencia mundial en este ámbito.

Oviedo, 30 may.- La exministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha afirmado hoy que España no se puede permitir "el lujo" de perder lo avanzado en el ámbito de la investigación científica en los últimos años que permitió al país a convertirse en la novena potencia mundial en este ámbito.

Garmendia ha hecho estas declaraciones antes de incorporarse al jurado del premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, que hoy ha iniciado sus deliberaciones presidido por el físico Pedro Miguel Echenique y que mañana hará público su fallo tras estudiar las 45 candidaturas que optan al galardón.

La bióloga y empresaria ha incidido en la necesidad de defender al menos "un mínimo" de financiación al sistema de investigación existente para permitir que permanezca y que tenga posibilidades de volver a crecer, lo que hace necesario "analizarlo con cautela" y dirigir los recursos "de forma más específica".

A su juicio, los fondos disponibles deberían dar prioridad a mantener los recursos humanos de la ciencia española, especialmente a aquellos investigadores acogidos al programa Ramón y Cajal, un colectivo "que España no puede permitirse el lujo de perder".

Así, ha defendido la necesidad de proteger "la ciencia de excelencia" y mantener a la vez la base que permita que no haya "deslocalización del talento" implicando de forma simultánea a la investigación en la recuperación de la economía.

"Tenemos que trabajar para hacer entender a la ciudadanía que un país sin ciencia es un país sin desarrollo y un país sin desarrollo es un país con una economía muy comprometida en el corto plazo", ha indicado Garmendia, que ha defendido la "política expansiva" de los últimos años que permitió que España estuviera bien dotada en el ámbito científico desde la perspectiva de las infraestructuras.

Según la exministra, al margen del noveno lugar mundial que ocupa España en el ámbito científico según las estimaciones de The Royal Society, la ciencia española ha alcanzado además la décima posición por su nivel de impacto a nivel internacional.

Para Garmendia, esta circunstancia es "muy relevante" y hace necesario estudiar el impacto que, a su vez, puede tener sobre la economía dado que "la ciencia cuando es buena se transfiere muy bien y se transforma en economía siempre".

A la incidencia de la crisis en el desarrollo científico se ha referido también el premio Príncipe de Asturias de Investigación 2006, Juan Ignacio Cirac, que trabaja el Instituto Max-Planck de Alemania y donde, ha asegurado, la crisis no se ha notado porque no se ha reducido la aportación a la investigación.

Cirac ha afirmado ver "con preocupación" la situación de España y las "negras" perspectivas de sus colegas españoles a los que ha lamentado no tener "muchos mensajes optimistas que transmitirles".

Para otro de los miembros del jurado, el exministro y divulgador científico Eduard Punset, esta demanda de mayor apoyo a la ciencia coincide "con otra reivindicación subyacente" de muchos españoles que consideran que "no es el momento de seguir pidiendo a los de fuera que se avengan a nuestras condiciones" sino de crearlas aquí para adecuarse "a la nueva economía y la nueva sociedad global".

En cuanto al premio, Punset ha avanzado que, aunque se quede en minoría, defenderá que se distinga a los investigadores que trabajan sobre la gestión emocional, "la gran revolución de los próximos cincuenta años", dado que un 25 por ciento de la población, ha apuntado, es víctima de la soledad, la tristeza o el estrés.

Al galardón optan, entre otras, las candidaturas de la genetista estadounidense Helen Hobbs; el oncólogo Charles L. Sawyers; el médico japonés Shinya Yamanaka; la conjunta del biólogo británico Gregory Winter y del patólogo estadounidense Richard A. Lerner; el neurólogo canadiense Vladimir Hachinski y los ingenieros técnicos rusos Kiril N. Shikhaev y Victor A. Anokhin.

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