Salamanca, 22 sep.- La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha asegurado que España está a "la vanguardia del avance científico en muchos campos" como lo prueba el hecho que "ha ascendido seis posiciones en el ránking de la competitividad", cuando anteriormente se habían perdido algunos puestos en este escalafón.
Así lo ha señalado hoy en declaraciones a los periodistas en Salamanca, antes de visitar el nuevo Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Salamanca (USAL).
La ministra ha subrayado que en los tres últimos años -2008-2010- se "ha triplicado la ejecución presupuestaria en materia de innovación, pasando de 1.059 millones de euros en 2008 a 3.160 en 2010".
Además, ha hecho hincapié en que "el sector privado está respondiendo y generando empleo" y así ha significado que mientras en 2009 y 2010 "se ha producido la mayor destrucción de empleo de la historia de España", en el ámbito de la I+D+I se han creado, en concreto un 2,4 y 1,2 por ciento, respectivamente en esos dos ejercicios.
En su opinión, "se está produciendo ciencia necesaria", lo cual hace que "España esté en la vanguardia del avance científico en muchos campos", una situación que a su juicio también "genera competitividad".
Garmendia ha afirmado que España ha recuperado en 2011 una posición en los ránking internacionales, situándose en la novena potencia mundial de la ciencia, según los últimos informes de la Royal Society de Londres.
A su juicio, estos datos suponen "una gran oportunidad para recuperar la economía" y ése, según ha apostillado, es el camino por el que hay que seguir y que no es otro que el de "una economía basada en el conocimiento".
También ha recurrido al informe de la OCDE del que se desprenden que las causas que han propiciado ese avance de España se deben al "uso de las tecnologías, la inversión sostenida en I+D+I y la capacidad de innovar".
El nuevo Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG) ocupa una superficie total de 6.800 metros cuadrados y consta de cuatro plantas con capacidad para unos 30 laboratorios de investigación, con sus correspondientes servicios centrales e instalaciones de apoyo.
En el IBFG trabajan unas 100 personas distribuidas en una veintena de grupos de investigación que, en su mayor parte, utilizan los microorganismos como modelo de estudio.EFE
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