Investigadores recuperan parte del genoma de dos cazadores de hace 7.000 años

  • Parte del genoma de dos cazadores que vivieron en el Mesolítico, hace 7.000 años, de unos restos procedentes del yacimiento de la Braña-Arintero, en Valdelugueros (León), ha sido recuperado por Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva del CSIC-Univertitat Pompeu Fabra.

Barcelona, 29 jun.- Parte del genoma de dos cazadores que vivieron en el Mesolítico, hace 7.000 años, de unos restos procedentes del yacimiento de la Braña-Arintero, en Valdelugueros (León), ha sido recuperado por Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva del CSIC-Univertitat Pompeu Fabra.

El genoma encontrado es el más antiguo de la Prehistoria, y supera al de Ötzi, el Hombre de Hielo, ya que el Mesolítico, enmarcado entre el Paleolítico y el Neolítico, se caracteriza por la llegada de la agricultura procedente de Oriente Próximo.

Los resultados del estudio, dirigido por el investigador Carles Lalueza-Fox, y que se publican en la revista Current Biology, señalan que las poblaciones ibéricas actuales no proceden genéticamente de estos grupo, según ha informado en un comunicado la delegación del CSIC en Cataluña.

Los investigadores han recuperado además el genoma mitocondrial completo de uno de los individuos, con el que se ha determinado que durante el Mesolítico las poblaciones europeas eran muy uniformes genéticamente.

Según Carles Lalueza-Fox, estos cazadores-recolectores compartían hábitos nómadas y tenían un origen común, y a pesar de su distancia geográfica, individuos de las regiones que se corresponden con las actuales Inglaterra, Alemania, Lituania, Polonia y España, compartían el mismo linaje mitocondrial.

Los datos genómicos, que representan el 1,34 % y el 0,5 % del total del genoma de los dos individuos, muestran que no están directamente relacionados con las poblaciones actuales de la Península Ibérica.

Los ibéricos del Mesolítico se encontraban más cerca de las poblaciones actuales del norte de Europa, que podrían haber asimilado parte del legado genético de estos cazadores-recolectores.

El yacimiento de la Braña-Arintero fue descubierto de forma casual en 2006, y la cueva, por su localización en una zona fría y montañosa, es un lugar propicio para la buena conservación del ADN de los dos individuos descubiertos en su interior.

Hasta ahora, sólo se disponía de un genoma de la prehistoria europea, el de Ötzi, bautizado también como el Hombre del Hielo, del Neolítico, y su momia perteneciente a un hombre que vivió hace 5.300 años, que fue descubierta en los Alpes del Tirol.

Lalueza-Fox ha remarcado que este es un primer resultado, ya que la intención del equipo es recuperar el genoma completo de estos individuos y compararlo con el del ser humano moderno.

La llegada del Neolítico supuso un reemplazo de poblaciones y pudo provocar cambios genéticos en genes asociados a nuevas enfermedades infecciosas y relacionados a los cambios en la dieta, por lo que la información que aporte este genoma será muy importante.

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