La cola del asteroide Scheila surgió por una colisión, según un estudio

  • La cola del asteroide Scheila, avistado en diciembre de 2011, tuvo su origen en una colisión con un objeto menor, según ha relevado un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Granada, 21 sep.- La cola del asteroide Scheila, avistado en diciembre de 2011, tuvo su origen en una colisión con un objeto menor, según ha relevado un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Durante apenas tres semanas, Scheila mostró rasgos propios de un cometa, con un aumento repentino del brillo y el despliegue de una cola de polvo, ha explicado hoy el CSIC en un comunicado.

Los resultados de la investigación, publicados en la revista "The Astrophysical Journal", apuntan a que la franja situada entre las órbitas de Marte y Júpiter, conocida como cinturón principal de asteroides, podría ser más activa de lo que se creía.

Los asteroides del cinturón principal, donde se halla Scheila, giran en torno al Sol en órbitas casi circulares, de modo que no sufren los cambios de temperatura que, en el caso de los cometas, producen las características colas.

Según el investigador del CSIC Fernando Moreno, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, con sede en Granada, se barajaban varias explicaciones para este "inusual fenómeno" que los científicos acotan a dos dada la "brusca disminución de brillo" en pocos días.

En concreto, podía deberse a una colisión con otro objeto o a un proceso similar al que se registra en los cometas con cierta frecuencia y que consiste en la liberación repentina de gas y polvo por algún mecanismo desconocido hasta ahora, que produce a su vez un aumento del brillo.

Sin embargo, esta segunda opción es descartada en las conclusiones del trabajo, cuyos investigadores hallaron, por medio de un complejo y preciso modelo numérico, que la velocidad a la que fueron expulsadas las partículas que formaron la cola de Scheila solo podía explicarse con una colisión, y calcularon que ésta se produjo en torno al 27 de noviembre.

Además, estiman que el impacto expulsó unos veinte millones de toneladas de material y que el objeto que chocó contra Scheila medía entre 60 y 180 metros de diámetro.

Los resultados de esta investigación convierten a Scheila en un objeto peculiar por varias razones ya que se trata del séptimo objeto de lo que se conoce como cometas del cinturón principal y además constituye un ejemplo de colisión entre asteroides, algo "muy poco común", según Moreno.

Pese a lo concurrida que se halla la franja en torno a Marte y Júpiter que ocupan y a la abundancia de choques que se produjeron en el pasado remoto del sistema solar, la mayoría de los asteroides del cinturón principal se sitúan en órbitas estables, y las colisiones, incluso sobre objetos grandes como Scheila -que mide unos 110 kilómetros de diámetro- son poco frecuentes.

Según el investigador, este trabajo, junto con los hallazgos cada vez más frecuentes de algún tipo de actividad en asteroides (el año pasado se registraron otros dos objetos con aumento súbito de brillo), parece apuntar a que esta región del sistema solar es más activa de lo que se creía.

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