Los geólogos sostienen que "no es verdad que el carbón español sea más caro o de peor calidad"


El Ilustre Colegio Oficial de Geólogos de España (Icog) considera que "no es verdad que el carbón español sea más caro o de peor calidad que el exterior".
Esta valoración llega en medio de la polémica que el real decreto de ayudas al carbón nacional está generando en el sector eléctrico, que ha recurrido a la justicia europea y española en contra de una norma que, a su entender, va contra sus intereses.
El Icog considera que "es un mito que el carbón en España se encuentre en desigualdad de condiciones con el que se exporta de Europa, a pesar de que el sector atraviese un evidente retroceso desde hace algunos años".
En palabras del geólogo experto en minería y responsable de política energética de este colegio, Rafael Varea, "no es verdad que sea más caro que el del exterior, porque a las compañías eléctricas se les vende al mismo precio que el carbón de importación, y el Estado subvenciona los costes al empresario carbonero por encima del precio de venta; por tanto a las eléctricas no les cuesta más caro nuestro carbón".
Tampoco es cierto, añadió, que sea de peor calidad porque depende del tipo de carbón. "En León y Palencia tenemos antracita que tiene un poder calorífico cercano a las 7.200 termias", señala Varea. "En Cangas de Narcea, la hulla, por el contrario, es de menor poder calorífico, pero esa circunstancia se tiene en cuenta en el precio final del carbón", dijo.
Asimismo, incidió en que el carbón español cumple con los requisitos medioambientales exigidos por la Unión Europea en cuanto a emisiones contaminantes.
El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través del Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón y Desarrollo de las Comarcas Mineras, se encarga de canalizar las ayudas al sector.
Unas van dirigidas a los empresarios mineros para compensar sus pérdidas de explotación, otras a prejubilaciones y desarrollos locales, creación de infraestructuras en las comarcas mineras y apoyo a las empresas que se instalan allí y generan empleos en estas comarcas deprimidas.
"Las explotaciones de carbón no son rentables y necesitan subvenciones de la Administración, que están autorizadas por la Unión Europea, lo mismo que le sucede a Alemania o Polonia", puntualizó el responsable del Icog. Esas ayudas directas también se utilizan para fomentar otras industrias en la zona.
Progresivamente se han ido cerrando las minas de carbón existentes. "En la actualidad sólo quedan explotaciones en Asturias, al norte de la provincia de León y Palencia, en Puertollano (Ciudad Real), en Peñarroya (Córdoba) y en zonas localizadas de Aragón", explicó Varea.
Con todo, a su juicio, "no es una cuestión económica", sino que estas ayudas "se siguen manteniendo porque hay un problema social con todas las familias y comarcas que viven del carbón y no tienen ninguna alternativa".
El decreto del carbón, aprobado el 1 de octubre de 2010 por el Consejo de Ministros, recoge una partida presupuestaria para financiar el déficit del sector. Gracias a este decreto, las compañías mineras pueden hacer frente al pago de las nóminas de sus trabajadores, concluyó.

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