Los machos "afeminados" de aguilucho lagunero consiguen no meterse en peleas

  • Los machos de aguilucho lagunero tienen un plumaje marrón y gris claro, incluso brillante, pero no todos, ya que hay algunos cuyo plumaje es más parecido al de las hembras, un hecho que estas aves "afeminadas" aprovechan para no ser atacadas.

Madrid, 9 nov.- Los machos de aguilucho lagunero tienen un plumaje marrón y gris claro, incluso brillante, pero no todos, ya que hay algunos cuyo plumaje es más parecido al de las hembras, un hecho que estas aves "afeminadas" aprovechan para no ser atacadas.

Esta es la principal conclusión de un estudio publicado en la revista Biology Letters, liderado por Audrey Sternalski, del CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique) de Chizé (Francia) y actualmente investigadora del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Castilla La Mancha y la Junta.

Según este estudio, cuyo trabajo de campo se ha realizado cerca de Burdeos, en el oeste de Francia, en la población de aves de aguilucho lagunero existen individuos machos adultos cuyo conjunto de plumas es menos colorido, más camuflado que el del resto de los machos, y se parece al de las hembras.

Este tipo de mimetismo, según los científicos, es muy raro en aves y sólo ha sido descrito en dos especies, una de ellas el aguilucho lagunero, también en la Península Ibérica.

Francois Mougeot, uno de los firmantes de este trabajo, ha explicado a Efe que los machos utilizan colores más llamativos u ornamentos exagerados, como espolones, para seducir a las hembras o pelear con otros machos para acceder a los mejores territorios.

También usan comportamientos agresivos en sus peleas para conseguir recursos y en un contexto de selección sexual.

En este último caso, la agresividad de los machos se dirige a otros machos, pero no hacia las hembras.

El objetivo es proteger el territorio para cazar y resguardar el nido y a la hembra, evitando así "infidelidades", según Mougeot, quien ha dicho que para un macho, parecerse a una hembra, puede traer ventajas como evitar los ataques de otros machos.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han estudiado durante la reproducción las respuestas agresivas de los aguiluchos de 36 nidos frente a señuelos (modelos) pintados como machos típicos, como machos parecidos a las hembras y hembras típicas.

Los científicos buscaron primero los nidos, tras lo que colocaron en una rama el señuelo y observaron las respuestas agresivas (ataques hacia el modelo), constatando que los machos típicos atacaban mucho más a los modelos pintados con plumaje de machos típicos (con colores más llamativos) que a los machos con tonos más camuflados, que se parecían a hembras.

"Hemos confirmado que los machos 'afeminados' evitan, por tanto, los ataques por parte de otros machos", ha detallado este investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC), quien ha apuntado que entre las ventajas, incluso, las aves "disfrazadas" podrían conseguir acercarse a las hembras y copular.

Mougeot ha indicado que aún se desconoce por qué hay machos que mantienen un plumaje más parecido al de las hembras, "un disfraz" que tiene una base genética, además de influencias del ambiente.

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