Negros, azules y morados: así ve el mundo un coche inteligente

    • Un vídeo grabado por el New York Times muestra las calles de Londres tal y como las entiende un ordenador.
    • Algunos coches de Tesla tienen una opción que les permite pilotar por sí mismos, aunque sólo en autovía.
Así ve un coche inteligente los diferentes elementos de la carretera que tiene a su alrededor. (ScanLab)
Así ve un coche inteligente los diferentes elementos de la carretera que tiene a su alrededor. (ScanLab)

Los coches que se conducen solos están cada vez más cerca de convertirse en norma. Tesla lanzó una actualización de software unas semanas atrás que convertía los modelos S y X en coches autónomos, vehículos que en determinadas situaciones -en autovía y un rango de velocidades que va de los 30 a los 140 kilómetros por hora- conducen de manera automática aunque se limitan, por el momento, a mantener el coche en el carril y poco más.

Para que los vehículos se mantengan en sus carriles, sepan cuándo deben frenar para no chocar con vehículos unos metros más adelante o conozcan los límites de las carreteras, cada uno de estos vehículos va equipado con un conjunto de cámaras que se encargan de aportar todos los datos necesarios para que el ordenador de a bordo sea capaz de tomar las decisiones correctas. Unas cámaras que toman imágenes y datos de todos los rincones alrededor del vehículo.

ScanLab, una compañía con sede en Londres, ha realizado un vídeo de la capital inglesa del que se ha hecho el New York Times para mostrar en vídeo cuál es la percepción que tienen los vehículos autónomos al circular por la carretera. El vídeo está dominado por los tonos oscuros, ya sean negros, azules o morados, que muestran algunas de las localizaciones más conocidas de la ciudad británica.

La tecnología de ScanLab es importante porque permite a los coches perfeccionar, poco a poco, su conocimiento de la red en una nube de la que se alimentan el resto de vehículos. Google asegura que tiene datos de millones de kilómetros de vía pública y Mercedes ya prepara un vehículo que podrá conducir sólo en autovía antes de que finalice la década.

¿Cuáles son los verdaderos retos a los que se enfrenta el coche autónomo? Uno de los que más preocupa a los fabricantes es la conducción a bajas velocidades en entornos urbanos, donde las variables que no se pueden prever son muchas y numerosa. Pero también será necesario contar con ordenadores que no se cuelguen en mitad de la carretera -o montar un doble ordenador de a bordo para que, cuando uno falle, el segundo tome el control- y establecer un protocolo que siga unas directrices cuando tenga que decidir si atropella a una persona o es más factible estrellarse para salvar a un peatón a costa de la seguridad del conductor.

La información que deben manejar estos vehículos debe ser lo más precisa posible para evitar problemas que pueden ser fatales. Illah Nourbacksh, profesor de robótica, pone un ejemplo en el texto del New York Times: "Imagina a una persona con una camiseta de una señal de stop. Si caminan y la luz del sol refleja el rojo exacto de la señal y otro vehículo tapa las facciones de esa persona, todo lo que el coche verá será una señal de stop y se detendrá. Es muy complicado que suceda todo a la vez pero el problema aparecerá cuando tengamos millones de estos coches".

Mostrar comentarios