Nintendo NX: ¿Un híbrido con un corazón de acero?

Soplan tiempos de cambio en Nintendo. La muerte de Satoru Iwata ha puesto en marcha una renovación en la cúpula de la compañía nipona cuya primera piedra de toque va a ser NX, la próxima consola que la firma va a lanzar. Una información del Wall Street Journal ha lanzado algo de luz acerca de lo que se puede esperar de la próxima consola de Nintendo. Como suele suceder en esta industria, la información hay que cogerla con pinzas, pero puede ser una buena guía para saber qué esperar de uno de los principales actores del videojuego.

Las discretas ventas de Wii U han provocado que Nintendo se salte un paso en su escala evolutiva. No sorprende que NX vaya a ser una consola de sobremesa y rompa la lógica que aseguraba que la próxima máquina debería ser la sucesora de 3DS pero sí es reseñable es que esa nueva consola vaya a ser un híbrido entre sobremesa y portátil. Vista la arquitectura de Wii U, la idea tiene lógica. ¿Dotar de autonomía al Game Pad para convertirlo en una consola independiente? Tiene sentido aunque la idea del mando tableta, una cuyo potencial se ha desperdiciado de manera lamentable durante los tres años de vida de la consola, no ha terminado de cuajar entre los jugadores. Y lo gracioso es que ha sido Nintendoland, un juego muy criticado en su momento, el que mejor ha sabido exprimir la idea. Que fuera el juego de salida de Wii U dice mucho del jugo que se le ha sacado al invento.

Lo que sí supone un verdadero cambio de filosofía en Nintendo es el hecho de que la compañía vaya a apostar por la potencia bruta para competir en igualdad de condiciones con PlayStation 4 y Xbox One. Nintendo siempre ha defendido una idea: no necesita el hardware más potente para sacar lustro a experiencias de juego novedosas que se basan en las mecánicas de juego y no tanto en las características técnicas del momento en el que se crean los juegos. Visto el destierro al que la han sometido las grandes third parties, con Electronic Arts y Ubisoft a la cabeza, no es extrañar que Nintendo quiera volver a seducir a las compañías que protagonizan las grandes ventas de videojuegos al año más allá de las exclusivas.

La única incógnita reside en la posible perdida de identidad que se derive de una Nintendo centrada en ofrecer el último grito tecnológico y que descuide lo que siempre ha sido la marca de la casa: las experiencias de juego. Algunas fuentas apuntan a una posible salida en 2016 lo que confirmaría el rumor que asegura que el nuevo Zelda sería un título de lanzamiento de NX. De ser cierto, Nintendo debería mover ficha pronto.