Goold: Las sentencias contra Odyssey cambiaron a la opinión pública americana

  • Lograr que los tribunales de Estados Unidos reconocieran que la empresa "cazatesoros" Odyssey actuó de modo deshonesto ha sido determinante para ganar el respeto de la opinión pública americana, según James A. Goold, abogado del Estado español en un caso que se prolongó cinco años.

Madrid, 14 ene.- Lograr que los tribunales de Estados Unidos reconocieran que la empresa "cazatesoros" Odyssey actuó de modo deshonesto ha sido determinante para ganar el respeto de la opinión pública americana, según James A. Goold, abogado del Estado español en un caso que se prolongó cinco años.

Goold defendió a España en uno de los casos mas sonados de expolio arqueológico subacuático, la localización en 2007 y posterior extracción por parte de la empresa estadounidense Odyssey de toneladas de monedas de oro y plata en el pecio de la fragata española Nuestra Señora de la Mercedes, hundido en 1804 en aguas del golfo de Cádiz.

"En América, todo niño crece con la idea de que cualquier tesoro español que encuentre buceando es suyo; esta idea romántica de los 'cazatesoros', esta especie de aventura de vaqueros que nos han estado vendiendo, debe terminar, y creo que hemos colaborado en ello", aseguró el letrado a Efe.

Este experto en patrimonio subacuático, colaborador científico de "ministerios y administraciones públicas, y nunca de empresas 'piratas'", apunta con intención, se ha mostrado especialmente beligerante con los abogados de Odyssey, quienes le han demostrado, que son "capaces de cualquier cosa", ninguna de ellas con afán de colaborar "de verdad" con la ley.

"La primera vez que, hace quince años, España decidió litigar por la propiedad de una fragata española, tanto los tribunales como la opinión pública nos recibieron de un modo bastante hostil; hoy -después del castigo judicial a Odyssey por el caso de la fragata Mercedes- creo que, aparte de la jurisprudencia internacional, hemos logrado también el respeto de la gente", ha señalado Goold.

Se refería así a los dos primeros casos que ganó en 2000 para España, también contra Odyssey, por las fragatas Juno y La Galga, "tumbas" de marineros cuyas pertenencias intentaron comercializar los 'cazatesoros' "como si fueran souvenirs", se lamenta Goold.

El abogado estadounidense participó hoy en la jornada de clausura de la exposición "El último viaje de la Fragata Mercedes", que mañana cerrará sus puertas en las sedes de los museos Arqueológico Nacional y Naval de Madrid donde ha permanecido los últimos siete meses, con un relevante éxito de público: 150.000 y 100.000 visitantes, respectivamente.

Goold contó hoy por primera vez ante el público cómo fue el larguísimo periplo judicial que concluyó con la llegada de los tesoros de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes a España, un recorrido que ha relatado con emoción y casi dando pistas para un buen guión de cine.

"Desde el principio, lo más importante fue que el estado español tomase el asunto como una cuestión de patriotismo, y así me lo tomé yo, y ni hablaba español", se ríe el abogado, quien desveló que su mujer le regaló un cuadro con el hundimiento de la nave española, el mismo que ilustra la exposición. "Tenía que ganar o lo vería allí todos los días de mi vida, en mi biblioteca, como un fracaso".

Un recorrido que tuvo sus momentos de auténtico thriller: desde el "despiste" de una caja con parte del tesoro que se quedó en Gibraltar y que tuvo que sacar el abogado en brazos por la frontera española, al recorrido de los camiones por Madrid, con autopistas y calles cortadas, hasta llegar al Ministerio de Cultura.

Allí, curiosamente, y dado que antes el edificio fue un banco, hay una caja fuerte gigante en el sótano que sirvió para proteger las -nada menos- 574.573 monedas de oro y plata que contenía el buque: 550 cajas, casi para llenar el auditorio del Museo Arqueológico Nacional, donde se celebró la jornada.

"Es que, probablemente, la Mercedes era uno de los buques más cargados de la historia", explica Elisa de Cabo, "mano derecha" de Goold y subdirectora general de Protección del Patrimonio Histórico, quien valora que las exposiciones sirvan para defender el patrimonio nacional subacuático y "que la gente entienda que no se puede comerciar con él", apunta a Efe.

Goold reconoció a Efe que tuvo un momento de flaqueza cuando los abogados de Odyssey "estuvieron más de una hora mintiendo en una vista" para intentar convencer al juez de que no había modo de probar que el pecio era del buque español.

"Era increíble, me sentía muy frustrado, llevaba meses documentándolo todo con archivos, fotos, vídeos...", comenta, a la vez que hace un guiño para descubrir que la ayuda del destino llegó en forma de "un rumor" sobre la existencia de un papel en el que Odyssey reconocía que el pecio era propiedad histórica de España. Lo tenía la Junta de Andalucía.

Hoy, Odyssey, que tuvo que pagar más de un millón de dólares de multa por mala práctica, "afortunadamente ha cambiado su filosofía de negocio y además -comenta orgulloso Goold- ha cancelado varios proyectos que tenía con España".

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