Un anticuario chino construye un museo con sus 10.000 muebles y 60 viviendas

    • Zhao Wenlong ha acumulado piezas de arte cotidiano chino durante treinta años.
    • Por ahora ha conseguido mover diez edificios para construir su propio museo.
La entrada al Museo de Arte y Urbanidad de Shanghái.
La entrada al Museo de Arte y Urbanidad de Shanghái.
scmp.com
Gorka Ramos

Hay, al menos, dos tipos de millonarios: Los que intentan lucrarse con su dinero y los que solo lo disfrutan. El chino Zhao Wenlong es del segundo modelo, y por eso está desarrollando el museo privado más increíble de los últimos años. Lejos de pensar en un negocio, lo único que quiere Zhao es salvaguardar piezas de arte diario cotidiano.

Y es que a la colección no le falta de nada. En 30 años, el vecino de Shanghái (China) ha acumulado más de 10.000 muebles y 60 casas. Su último proyecto es montar el puzzle completo, y obtener un resumen completo de la cultura china construyendo un museo desde los cimientos, el MAUS (Museo de Arte y Urbanidad Shanghái).

"El dinero que he gastado aquí lo podría haber utilizado para comprar una flota de coches de lujo, pero ¿dónde estaría la gracia?", ha reflexionado Zhao sobre sus inversiones, como recoge el South China Morning Post. Pero al coleccionista chino solo le ha faltado una cosa en su vida: Espacio. Por eso compró un solar de 10.000 metros cuadrados en Songjiang (oeste de Shanghái).

Por el momento, Zhao ha conseguido trasladar diez (de las sesenta) casas al MAUS, un proyecto al que le quedan otros tres años de desarrollo. Entre las viviendas, es común encontrar casas de la dinastía Ming o Qing, o de funcionarios y comerciantes pudientes de la región de Jiangan.

Pieza por pieza, los edificios fueron desmontados en su origen y vueltos a montar a kilómetros de distancia. Además de para alojar sus mejores muebles, el millonario chino cree que los edificios son la mejor manera de salvaguardar el patrimonio cultural chino.

¡Eureka! Zhao llevaba más de veinte años comprando muebles cuándo viajó a Italia. Visitó mucho museos de historia, y entonces "sentí que tenía mejores piezas en mi poder que las de los museos", ha reconocido Zhao. Aunque ha perdido la cuenta del dinero que ha invertido, el anticuario asegura que no le ha costado tanto. "La gente en los pueblos no se preocupa por estas piezas viejas, y siempre están dispuestos a venderlas".

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