Matt Damon: "Fue el público quien me convenció para hacer otra película de Jason Bourne"

EUROPA PRESS

"Fue el público el que nos convenció a nosotros para que hiciéramos otra entrega. Durante años la gente se me acercaba en la calle, en los aeropuertos, en los restaurantes preguntándome '¿Cuándo vas a hacer otro Bourne? Haz otra'", afirma el actor en una entrevista a Europa Press durante su visita a Madrid para presentar la que ya es la quinta entrega de una saga que arrancó allá por el año 2002.

Una franquicia que, a pesar del dispar recibimiento que tuvo esa suerte de spin-off titulado El legado de Bourne protagonizado en 2002 por Jeremy Renner y dirigido por Tony Gilroy, siguió conservando una legión de fieles seguidores que, dice Damon, merecían otra secuela.

"Teníamos que mostrar nuestra gratitud hacia un público tan fiel... y yo he hecho muchas películas que no tuvieron mucho éxito con el público así que, desde la humildad, decidimos que valía la pena dar otra película a toda esta gente", apunta Damon que reconoce siempre puso como condición indispensable para volver a la saga que Paul Greengrass (responsable de El mito de Bourne y El ultimátum de Bourne, segunda y tercera entrega de la franquicia) fuera el director.

"Siempre dije que no lo haría sin Paul. Y no sabía si él volvería a la saga. Los dos terminamos muy satisfechos con la tercera entrega, son tres películas de las que estoy muy orgulloso, pero fue el público quien convenció a Paul", insiste. Una quinta entrega que sigue conservando los elementos que forman parte del AND de la saga -constantes saltos de un país a otro, trepidantes persecuciones, toneladas de acción- pero que además introduce con más fuerza que nunca el elemento tecnológico. Algo que, subraya Damon, era necesario porque este nuevo Bourne es hijo de su tiempo.

En este sentido, y cuando decidieron sentarse a hablar sobre la idea de hacer una nueva película de la saga, Damon y Greengrass se dieron cuenta que "todas las películas de Bourne parecen basadas en titulares de periódicos" y repasando cómo había cambiado el mundo desde 2007 hasta ahora "nos emocionamos mucho pensando cómo funcionaría Bourne en este entorno" tan globalizado y tecnológico.

"La tecnología tiene un gran papel en nuestras vidas y lo tiene que tener por tanto en la película. En esta era post-Snowden la gran pregunta de nuestros días es cuáles son las implicaciones de toda esta tecnología y cuál es nuestra relación con ella, cuántas libertades le estamos cediendo al Gobierno para que nos mantenga seguros", afirma el actor y productor que asegura que si bien una película como Jason Bourne no pretende dar respuesta a esa gran pregunta sí que se ve en la obligación de reflejarla porque se trata de una cuestión que "ha cambiado el mundo en el que vivimos e incluso el sistema democrático".

OTRO BOURNE, SIEMPRE CON GREENGRAS

De cara al futuro, Damon es contundente al afirmar que "si Paul Greengras quiere rodar otra, yo haría otra sin pensarlo". "Me encanta este personaje, me encanta hacer estas películas y me encanta trabajar con todo el equipo creativo, son mis amigos. Somos como un grupo de música y nos encanta reunir a la banda y tocar de nuevo", dice Damon sonriente aunque asume que los años pasan y reconoce que meterse en un papel tan físico como el de Bourne le cuesta bastante más que cuando la saga comenzó tan solo tenía 29 años.

"Ahora tengo 45 y en algún momento la productora tendrá que hacer un reboot y eso me parece bien", asume el actor que en esta nueva entrega comparte planos con Julia Stiles, Tommy Lee Jones, Vincent Cassel y la oscarizada Alicia Vikander. La actriz, que también presentó la película en Madrid junto a Damon, es una fan confesa de la trilogía original y no tardó ni un segundo en decir que sí a la propuesta de Greengrass.

En la cinta da vida a Heather Lee, una especialista de la CIA en ciberterrorismo. Un personaje muy técnico en el que, confiesa, le costó entrar y para el que necesitó rodearse de algunos "jóvenes expertos" de Google y otras compañías en las que, reconoce, a veces "ponía cara de entenderlo todo... y no me enteraba de nada". "Ahí es donde entrar la magia del cine", señala la actriz que, en relación al gran dilema sobre seguridad y privacidad que plantea la película, se decanta decididamente por mantener ciertas cotas de privacidad que, si cedemos, asegura, "será la última cosa que vamos a perder".

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