La película 'El Skylab' retoma como argumento los rifirrafes y desencuentros familiares

  • Julie Delpy muestra la reunión de una familia con motivo del cumpleaños de la abuela en 'El Skylab',su cuarta película como directora. Delpy nos enseña el amor que se profesan algunos de los miembros del clan, aunque también desvela los secretos y las diferencias políticas que existen entre parientes. No es la primera vez que el cine usa una celebración para reflejar estos rifirrafes familiares.

Julio Vallejo | aviondepapel.tv

"La familia, bien, gracias". Esa es la respuesta que muchas personas dan casi sin pensar cuando se les pregunta por la esposa o los hijos. Sin embargo, nada es tan simple. Junto al cariño, los parientes también sienten envidias e incluso odio, sentimientos que quedan al descubierto en cumpleaños, bodas o entierros familiares.

La actriz francesa Julie Delpy lo refleja muy bien en El Skylab, su cuarto largometraje como directora. La intérprete se sumerge en los recuerdos de una mujer adulta que, mientras viaja en tren con su marido e hijos, recuerda un cumpleaños de su abuela en la Bretaña francesa durante el verano de 1979.

Mientras los informativos no paraban de repetir que el satélite Skylab podría caer en la región, la familia disfrutaba de un día de fiesta. Delpy muestra el cariño que existía entre muchos de los miembros del clan, aunque también revela las diferencias políticas y los conflictos que les separaban.

Risas, cotilleos y discusiones atraviesan esta comedia dramática que es una loa a la institución familiar con sus virtudes y defectos.

Curiosamente, 1979 fue el año de estreno de Mamá cumple 100 años, una película dirigida por Carlos Saura que también tomaba como excusa una reunión familiar para hablar de la época de la transición. Las tensiones entre parientes se convertían, casi por extensión, en las de todo un país que transitaba de la dictadura a la democracia.

Familia (Fernando León de Aranoa), la historia de un hombre que decide contratar a una familia para celebrar su 55 cumpleaños también nos hablaba de estos desencuentros. Todo era una gran representación, pero la cinta nos mostraba que, hasta los clanes de alquiler, no son tan perfectos.

No obstante, si hay celebraciones familiares supuestamente deseadas son las bodas, aunque nada asegura que tengan final feliz. Por ejemplo, los novios de Julia Roberts en Novia a la fuga no recordarán precisamente bien cómo su prometida les dejó plantados en el altar.

En algunos casos, es el papá de la chica quien se muestra menos convencido del matrimonio de la niña de sus ojos. Ver cómo tu hija favorita deja el nido siempre ha sido un momento duro para los padres. Si no que se lo pregunten a Spencer Tracy o Steve Martin, protagonistas de sendas versiones de El padre de la novia.

En otras ocasiones, la celebración de la boda puede servir para dejar atrás secretos y mentiras. Fue el caso del profesor protagonista de In & Out, que desvela que es gay durante su boda ante su prometida y los invitados.

En otras ocasiones, los que tienen que ocultar su homosexualidad son los padres, como le ocurre a Robin Williams durante la cena con sus futuros cuñados en Una jaula de grillos, remake norteamericano de la europea Vicios pequeños.

Los conflictos y los secretos familiares no respetan tampoco ni los entierros. En Un funeral de muerte, por ejemplo, ni el cuerpo presente del fallecido impide que algún asistente se pase de la raya con su extraño comportamiento o que los secretos más íntimos del fallecido salgan a relucir.

Peor aún resulta que, como en El funeral, el velatorio se convierta en un baño de sangre para los miembros de un mismo clan.

No obstante, la saga El Padrino se lleva quizá la palma a la hora de mostrar las diferencias familiares. Eso sí, muchas veces el festejo tiene casi la misma importancia que otro tipo de reuniones más turbias.

El ejemplo más claro es la boda de la hija de Vito Corleone, cuando los invitados aprovechan para pedirle al padrino favores más allá de la legalidad.

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