La bailaora Matilde Coral y la antropóloga Cristina Cruces mantienen un diálogo sobre la estética en el baile

Según un comunicado de la Consejería de Cultura, en el acto de presentación han estado acompañadas por el director de la Bienal de Flamenco de Sevilla, Cristóbal Ortega. Además, tras el encuentro han actuado la escuela Hermanas Soria de Écija, la escuela Juan Carlos Troya de Morón de la Frontera, Macarena Cortés, Julio Ruiz y Alejandra Creo.

A tal respecto, la Consejería de Cultura declaró el 6 de noviembre de 2012 Bien de Interés Cultural (BIC) a la Escuela Sevillana de Baile, de la que Matilde Coral es su máximo exponente. Esta escuela surgió en torno al año 1830 y se ha caracterizado por el protagonismo de la mujer frente al hombre y, entre sus cualidades, destacan la feminidad, el señorío, la apostura y el bailar "gustándose".

Asimismo, la bailaora ha dedicado media vida a "mimar, perfeccionar, y enriquecer los saberes que aprendió de Pastora Imperio, y la otra media a trasladarlo a diferentes generaciones de bailaores". De ahí que ostente el mérito de haber transmitido, codificado y difundido el estilo actual de este arte en su academia, enclavada en el barrio de Triana de Sevilla. Y por todo esto se le ha rendido este homenaje.

Tras sus pasos, su hija Rocío Coral puso en marcha en 2006 unos estudios de especialización en flamenco, cuya finalidad es la enseñanza, difusión y conservación de la Escuela Sevillana de Baile Flamenco. Se trata de unos estudios exhaustivos, tanto a nivel práctico como teórico, estructurados en seis años, y divididos en tres ciclos, estos son inicial, formativo y profesional. De los mismos, la primera promoción concluyó en 2011.

A lo largo de estos años, estos estudios se han ido impartiendo en diversos centros y escuelas acreditadas y supervisadas por la academia de Matilde Coral con el fin de divulgar "esta forma de bailar tan característica como es la Escuela Sevillana".