Los funcionarios del parque Sahuaro Ranch en Glendale (Arizona, EEUU) están cansados. Es normal que durante la primavera se junten hasta 50 fotógrafos en un solo día, y parece que son peligrosos. Para intentar reducir el número, han creado una nueva tasa. Cien dólares al año para poder sacar la cámara tranquilamente.
"Hasta aquí hemos llegado". En la zona hay varios edificios históricos, y los fotógrafos que transitan por allí no tienen mucho cuidado. El año pasado, uno de los reporteros tiró un sillón victoriano al suelo, y en aquél momento decidieron poner en marcha la norma.
No para todos. El responsable del parque, Mike Gregory, ha detallado que las fotos rápidas hechas con el móvil o de manera no profesional no cuentan. El problema según las autoridades son la cantidad de aparatos que llevan los fotógrafos de bodas. En los últimos años han contabilizado una decena de destrozos en las instalaciones y quieren frenar el ritmo.
Algunos fotógrafos locales de Phoenix se han mostrado de acuerdo con la medida. El lugar público es también uno de los más fotogénicos de la ciudad. Gracias a los edificios históricos que de vez en cuándo salen mal parados.
"Es una locura", dice Audra Little a azcentral.com. La fotógrafa explica que en los últimos meses había dejado de usar el parque Sahuaro Ranch como escenario. Ahora es posible que vuelva, solo si antes desciende el número de camarógrafos por metro cuadrado.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Glendale ha vendido una docena de permisos en la primera semana. "Estamos preservando la integridad histórica del lugar", afirman desde el parque.
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