La inteligencia artificial, motoristas fantasmas y pandilleros de finales de los setenta centran las letras del que es ya el octavo disco del músico murciano Antonio Galvañ, alias Parade, nombre artístico que creó hace quince años para canalizar sus dos grandes obsesiones: la ciencia ficción y la tecnología aplicada a la música pop.
'Demasiado humano' suena a una época en la que los sintetizadores no se programaban con ordenadores, sino que se tocaban directamente. Hecho con capas de tintes polifónicos, abundan los guiños al sonido y las melodías de Matia Bazar y similares, aunque también hay alegres desvíos a sonidos algo más cacharreros y referencias a la música surf.
Parade ha sido reconocido como uno de los talentos más lúcidos de la escena independiente española, sido reclamado por artistas de la talla de Ibon Errazkin y Teresa Iturrioz (Single), Carlos Berlanga o Fernando Márquez 'el zurdo', para aportar a los teclados su "brillo personal" en los respectivos últimos trabajos discográficos de todos ellos.
A lo largo de su trayectoria, el músico de Yecla ha creado una galaxia plagada de entrañables seres de ciencia-ficción con una tara de fabricación casi idéntica a la de muchos humanos: la soledad genética.
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