Heaney ve en Asturias infierno, purgatorio y paraíso de "La Divina Comedia"

  • El premio nobel de literatura Seamus Heaney ve en Asturias una versión resumida de "La Divina Comedia" de Dante, en la que el infierno serían los hornos de la acería de Veriña, en Gijón; el purgatorio se situaría "cerca de Piedrasblancas", y el paraíso San Juan de la Arena, en dirección a Santiago de Compostela.

Avilés, 4 abr.- El premio nobel de literatura Seamus Heaney ve en Asturias una versión resumida de "La Divina Comedia" de Dante, en la que el infierno serían los hornos de la acería de Veriña, en Gijón; el purgatorio se situaría "cerca de Piedrasblancas", y el paraíso San Juan de la Arena, en dirección a Santiago de Compostela.

Así lo refleja uno de sus poemas inspirados en Asturias -una región a la que está vinculado desde hace años-, que hoy leerá en un acto que protagoniza en marco del Ciclo de Palabra en el Centro Niemeyer.

"Me siento como en casa y, en particular, este poema ("Los pequeños cánticos de Asturias") es una especie de versión muy resumida de la Comedia de Dante, en la que veo el infierno, el purgatorio y el paraíso", ha declarado el nobel.

Heaney es el protagonista de un nuevo encuentro del Ciclo de Palabra, que tiene lugar en la cúpula del Centro Oscar Niemeyer, de Avilés, donde será entrevistado por el escritor asturiano Jordi Doce.

El autor irlandés, considerado como uno de los mayores poetas en lengua inglesa del siglo veinte, nació en 1939, en County Derry, Irlanda del norte.

Durante sus estancias veraniegas en Asturias, el nobel produjo parte de su obra, en este caso inspirada en una tierra con muchas analogías a su Irlanda natal, que se hace presente en las llanuras y en la costa.

"Cuando desciendo del avión hay una sensación de estar como en casa, la visión de la costa se parece mucho a la irlandesa, y también cuando veo en este paisaje el que yo veía cuando era joven", ha evocado Heaney.

La Cúpula del Niemeyer sirve de escenario para un repaso a su obra, desde el primer poema publicado, hasta el último, inédito, que precisamente tiene un eco en aquél que tituló "Cavando".

En el primero se imagina que la pluma con la que escribe guarda relación con la azada con la que trabajaba su abuelo en campo de Irlanda.

En el último poema, el regalo de una pluma le hace preguntarse al autor si ha dedicado demasiado tiempo a tareas que no eran escribir y si tendría que haberla utilizado más a menudo.

"La respuesta es que quizás sí, no lo sé, pero en cualquier caso sigo escribiendo, y fluye la escritura", ha explicado Heaney, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1995.

Para el autor de "The Spirit Level", este tipo de encuentros con los lectores, como el que hoy le trae a Avilés, tienen su raíz en la amistad, que es la razón por la que en muchas ocasiones los acepta.

"Además, también hay un elemento, una analogía entre culturas que permite que las lecturas funcionen y España, con su historia problemática y el fondo religioso de su cultura, tiene un hilo de comunicación con Irlanda", ha considerado el escritor.

Por otra parte, también cree que "la poesía puede atravesar fronteras" y unos versos "cobran nueva vida y energía si son leídos ante un público, en lo que no deja de ser un ritual en el que los concelebrantes creen que vale la pena prestar atención a este arte".

En un encuentro con periodistas, previo a la sesión de lectura, el nobel se ha referido a los premios Príncipe de Asturias, para aseverar que éstos, como otros galardones, "reafirman la literatura como tal y la pone en el centro del debate y de las noticias". EFE

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