Un vaso de agua medio lleno y otras obras de ¿arte?

    • Algunos trabajos demuestran que en el arte no existen límites.
    • La obra del cubano Wilfredo Prieto ha traído (de nuevo) el debate a ARCO.
"Vaso medio lleno", la obra de Wilfredo Prieto, en ARCO.
"Vaso medio lleno", la obra de Wilfredo Prieto, en ARCO.

Esta vez ha sido un vaso. Medio lleno, o medio vacío, según quien lo mire. Para el artista, el cubano Wilfredo Prieto, está lleno, y así lo titula, sin rodeos. "Vaso medio lleno", es, sin duda, la obramás llamativa de la edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO), que acaba de abrir sus puertas en Madrid. Está valorada en 20.000 euros.

Prieto muestra su trabajo en el stand de una de las galerías más reconocidas del mundo, Nogueras Blanchard. Ganador del premio Cartier, su trayectoria lo avala. Sus trabajos, siempre controvertidos, han seguido la misma línea. Hace años, vendió un trozo de sandía cuadrado, titulado "políticamente incorrecto", por 20.000 euros. Otra de sus obras, llamada "Escala de valores", se compone de varios vasos de plástico con restos de ron, Coca-cola,vino, agua y cerveza. También se pagaron 20.000 euros.

Sus obras han dado la vuelta al mundo y recorrido las exposiciones internacionales más destacadas. Según Prieto, su intención es reducir al máximo las metáforas. Formado en la Escuela de Arte de Santa Clara, en Cuba, y en la Escuela Profesional de Arte de Trinidad,continuó sus estudios en el Instituto Superior de Bellas Artes de la Habana, y poco después ingresó en la Galería DUPP (de un grupo de artistas de Pragmática Pedagógica). Ha conseguido numerosos premios, entre ellos, el que otorga el museo Guggenheim de Nueva York.

La obra de Prieto no es la única llamativa. Cerca, el artista John Brown presenta dos latas aplastadas con una piel de conejo en medio. Se llama "Comedia contemporánea". El trabajo de Fermín Jiménez-8.000 euros-es una mesa invertida, sobre otra, y ambas separadas por canicas de cristal. Mientras Ícaro Zorbar ofrece "Ventilador, instalación atendida número 6", una obra en la que se puede ver un ventilador con una grabadora encima.Arte sin límites

Fascinantes, extravagantes... siempre polémicas. Algunas obras han explorado con atrevimiento en los fluidos límites del arte. Un concepto de difícil definición y que resulta tan subjetivo como el ojo que lo mira.

Una cama sin hacer

En 1998, la polémica la trajo una cama. "My bed", la icónica obra de la británica Tracey Emin llegó a ser finalista del premio Turner y desató todos los debates. El trabajo, que representa la cama de la artista, con las sábanas arrugadas, y rodeada de objetos cotidianos-como condones, botellas de vodka o cigarrillos- fue subastado el año pasado por la galería Christie's de Londres por la cifra de 1'5 millones de euros. La artista defendió su trabajo de las críticas argumentando que representaba un viaje interior, ya que cuando la realizó atravesaba una fuerte depresión por una ruptura amorosa. "No me levanté de la cama durante cuatro días. Cuando lo hice, me dirigí a la cocina. MI piso estaba hecho un desastre (…) y en ese momento lo vi, me parecía una idea brillante: este es un hermoso lugar que se mantiene con vida", explicó Emin a su compañero, Julian Schnabel, hace unos años.

Pese a sus detractores, está considerada una de las obras más célebres del denominado movimiento de los Young British Artists (YBA).

La "mierda de artista" de Manzoni

Piero Manzoni, artista conceptual fallecido en 1963, fue otro de los que exploró las líneas rojas de este arte. Manzoni pasó a la posteridad por sus latas de "mierda de artista", una serie de noventa latas de tipo conserva que, según el creador, contenían 30 gramos de sus heces, y que fueron repartidas por varios museos, entre ellos, el Tate Modern de Londres o el MOMA de Nueva York. Por una de ellas se llegó a pagar hasta 124.000 euros.

En 2007, su colega Agostino Bonalumi rompió el enigma al desvelar al Corriere della Sera que lo contenido era, en cambio, sólo yeso. Pero Manzoni había ya alcanzado fama eterna en el ocaso del arte contemporáneo con su obra, a la que precedieron otras no menos singulares: en 1960 imprimió su huella dactilar a varios huevos. Quienes los comían, decía, tenían también carácter artístico, al igual que las heces después expulsadas. Eran, decía Manzoni, "obras de arte andantes"

Franco... en una nevera de coca-colas

En 2012, el artista Eugenio Merino presentó en Arco su obra más controvertida: una nevera de Cola-Cola en la que había colocado una figura de Franco. El título era "Always Franco" y su intención, explicó, mostrar que la imagen del dictador está "congelada" en el cerebro de los españoles.

La Fundación Franco presentó inmediatamente una demanda, finalmente desestimada. Según la sentencia, "sin negar que pueda haber herido algún tipo de sensibilidad, no puede concluirse que la obra menoscabe el honor y la dignidad de la Fundación demandante, pues no excede de los usos sociales propios de nuestra cultura, por lo que quedaría excluida del ámbito de protección de la ley".

Los "cadáveres plastificados" del Doctor Muerte

El trabajo de Gunther Von Hagens, el polémico "doctor muerte" , es otro icono de la extravagancia. Su colección de cadáveres humanos, conservados con la técnica de la plastinación, ha dado la vuelta al mundo- la han visto más de 25 millones de personas- y sin duda no ha dejado a nadie indiferentes. Ahora, sus figuras se muestran en un nuevo museo en Berlin, un recorrido por 1.200 metros cuadrados de exposición.

Mostrar comentarios