"No es que nos molesten esas canonizaciones, mientras no se usen como pretexto para demonizar al Islam; en todo caso, es lo que hay: cada religión proclama sus mártires". Así se expresa el vicepresidente de la Junta Islámica Española, Muhammad Escudero, ante las canonizaciones recientes de 800 mártires cristianos asesinados por musulmanes.
Una canonización implica el reconocimiento de la Iglesia Católica a una vida (o a una actuación) heroica como testimonio de la fe. El heroísmo de los ochocientos habitantes de Otranto canonizados este domingo consistió en preferir la muerte antes que negar a Cristo.
¿Quienes los asesinaron? Soldados del Imperio Otomano, tras dos semanas de asedio al castillo de Otranto (sur de Italia) en donde se había refugiado. Según las crónicas, el caudillo otomano (y musulmán) dijo que perdonaría a todo aquel que renunciara a su fe cristiana. Hubo 813 ciudadanos que se negaron y fueron decapitados.
El problema es que estos hechos ocurrieron hace más de quinientos años. Concretamente, en el verano de 1480. ¿Qué necesidad tenía el papa Francisco ahora de recordar su gesto?Si ocurrió hace 500 años, ¿por qué ahora?
"Las canonizaciones siguen un procedimiento muy largo", recuerdan desde el arzobispado de Madrid. De hecho, el decreto de canonización había sido firmado a finales de 2012 por el entonces papa (hoy emérito) Benedicto XVI, tras un proceso que duró décadas. La curación que se ha considerado "milagrosa" por intercesión de los mártires data de 1970.
Además, "no es la primera vez que estos mártires son reconocidos por la Iglesia", pues ya fueron beatificados por Clemente XIV en 1771, y desde entonces existe devoción popular.Se reconoce al mártir, no se condena al asesino
Para Andrés Martínez, profesor de Historia de la Iglesia, nadie debe sentirse ofendido porque la declaración de santidad de un mártir no implica ninguna condena del autor del crimen, "ni siquiera de pecado en sí mismo, cuyo juicio sólo corresponde a Dios". Según Martínez, la canonización nada más certifica que los mártires de Otranto murieron por ser el hecho de ser cristianos, es decir, "que no fue por una causa política o porque se resistió cuando le robaron la cartera".
Por esa razón, la Iglesia considera a los religiosos y laicos muertos en el 36 "mártires de la persecución religiosa, no mártires de la Guerra Civil: se reconoce la santidad de los muertos, no la culpabilidad de tal o cual bando político", puntualiza el profesor Martínez.
La información.com pidió una valoración sobre la polémica al Partido Comunista de España y al PSOE, dos formaciones históricas que participaron en la Guerra Civil. La comunista Gloria Aguilar, responsable de Memoria Histórica del Partido Comunista de España, dijo que "sobre estas cuestiones el Partido no hace declaraciones", aunque manifestó "tener claro que la Iglesia nunca ha sido objetiva con lo que ocurrió en la Guerra Civil". Por su parte, desde el departamento de prensa del grupo parlamentario socialista de dijo que "en estos momentos no hay nadie del PSOE hablando de estos temas".
Cruzadas y conversiones forzosas
Con todo, el Vaticano no es ajeno a la sensibilidad de cada momento. Ha tenido en cuenta que determinadas canonizaciones pueden causar polémica. Esto puede explicar que Juan Pablo II decidiera beatificar al mismo tiempo a Pio IX y a Juan XXIII, el segundo mucho más popular alrededor del mundo que el primero. "Los dos son igual de santos, pero hijos de su época", señala el profesor Martínez.
Con esta visión coincide Muhammad Mansur: "Los sucesos se entienden en su momento histórico: los musulmanes de hoy no somos responsables de lo que sucedió en el pasado ni los católicos son culpables de las cruzadas o del genocidio cometido contra musulmanes y judíos hace 500 años en la península Ibérica".
Según Ayuda a la Iglesia Necesitada, organización católica que ayuda a los cristianos que sufren persecución, en el mundo hay 350 millones de personas perseguidas y discriminadas a causa de su fe religiosa, el 75 por ciento de las cuales pertenecen a alguna confesión cristiana. En 2012 perdieron la vida por este motivo unos 150.000 mil cristianos. Bangladesh, China, Egipto, Eritrea, India, Indonesia, Pakistán, Sudán, Uzbekistán o Irak son algunos de los países en los que hay más episodios de intolerancia social o legal contra la libertad religiosa.
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