Cuatro muertos al descarrilar un tren en España, varios turistas heridos

Dos españoles, un portugués y un estadounidense murieron este viernes por el descarrilamiento de un tren entre Vigo (noroeste de España) y la ciudad portuguesa de Oporto, que también causó una cincuentena de heridos, entre ellos varios latinoamericanos.

El conductor del tren, de nacionalidad portuguesa, figura entre los muertos de este accidente ocurrido en la región de Galicia. También hay dos españoles fallecidos, uno de ellos el interventor del convoy, y un estadounidense.

Según las autoridades gallegas, este viernes por la noche seguían ingresadas 14 personas, una de ellas en la unidad de urgencias.

Inicialmente hubo 48 heridos, entre ellos 26 españoles, seis estadounidenses, tres portugueses, dos argentinos, dos brasileños, dos uruguayos, un chileno, un alemán y un británico, informó un portavoz del ejecutivo regional.

El pequeño tren transfronterizo descarriló sobre las 09H30 (07H30 GMT) cuando entraba en la estación de O Porriño, al sur de Vigo, cerca de la frontera con Portugal, explicó la compañía ferroviaria española Renfe que ofrecía el servicio junto a su homóloga lusa Comboios de Portugal (CP).

El vagón frontal, que quedó completamente volcado, impactó contra una torre eléctrica, constató un periodista de la AFP. Los dos otros vagones parecían intactos. Al caer la noche, decenas de operarios seguían trabajando en el tren, flanqueado de dos grandes grúas.

El presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, se desplazó al lugar del suceso, en una región que hace tres años vivió el peor accidente ferroviario de España desde 1944, con 80 muertos.

Según precisó a la prensa hay dos investigaciones abiertas, una de un tribunal local y otra del ministerio de Fomento.

En el tren, propiedad de Renfe pero alquilado por la compañía portuguesa, viajaban al menos 65 personas.

Además del maquinista y el interventor, también falleció un joven vigués de 23 años al que los equipos de urgencias no pudieron salvar, dijo el responsable de Sanidad gallego.

Cuando se produjo el accidente, Álex Ramilo, de 15 años, pasaba en bici por el puente que cubre la vía.

"He oído un ruido para dejarte sordo. He mirado la estación y he visto el descarrilamiento. Me quedé sin palabras, en shock", dijo por teléfono a la AFP desde el café Rami en O Porriño.

Marcelino Rodríguez, que vive a pocos metros del lugar del accidente, escuchó "un ruido seco". Bajó de su casa y vio acudir a decenas de vecinos de comercios cercanos a ayudar a evacuar a los heridos, que fueron atendidos en el café de la estación.

El ministro de Fomento español, Rafael Catalá, explicó que en la zona del siniestro había unas obras de mantenimiento, por lo que el convoy debía desviarse a una vía provisional y disminuir la velocidad.

Tanto él como el presidente de Comboios Portugueses, Manuel Queiró, aseguraron que el tren no tenía ningún problema. De hecho, pasó una revisión a fondo en mayo y otra más superficial el jueves, dijo Catalá, añadiendo que también el maquinista cumplía todos los requisitos.

Asímismo la vía "estaba en condiciones perfectas" según el secretario general del sindicato de maquinistas españoles Semaf, Juan Jesús García Fraile.

"A ese tren lo llamamos el portugués. Pasa tan rápido que los cristales de mi casa tiemblan", contó a la AFP una vecina, María del Carmen Pérez, que vive justo delante de la estación.

Según explica, hace unos años el tren que cubría ese mismo trayecto paraba cuatro veces en el pueblo. Ahora pasa dos veces y no se detiene nunca, por lo que va a mucha más velocidad.

Los partidos políticos suspendieron la campaña que acababa de empezar para las elecciones regionales del 25 de septiembre en Galicia.

El 24 de julio de 2013, un accidente ferroviario en esa región causó 80 muertos y 144 heridos cerca de Santiago de Compostela. El tren circulaba a 179 km/h cuando la velocidad máxima era de 80 km/h, descarriló y chocó violentamente contra un muro.

El conductor, que poco antes del suceso se distrajo hablando por teléfono, era el único imputado. Pero a finales de junio, la justicia reabrió la causa para determinar si la empresa estatal Adif podía ser parcialmente responsable.

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