En el puerto de Coquimbo, unos 450 km al norte de Santiago, y la vecina ciudad de La Serena, una de las zonas más afectadas por el sismo de la noche del miércoles, las tareas de limpieza y despeje comenzaron de inmediato.
"Ya dimos vuelta la página, siempre pasa así: como si nada hubiera pasado al otro día", dijo a la AFP Francisco García, un paramédico de 24 años, mientras recorría la playa de La Serena, donde varios locales comerciales se destruyeron por el avance de las olas.
Olas de casi 4,5 metros azotaron a varias comunas de la región de Coquimbo, arrastrando barcos, botes de pesca, camiones, autos y desechos de decenas de casas y puestos callejeros del borde costero.
El sismo, considerado el sexto más potente en la historia de Chile, y el de mayor magnitud en el mundo en 2015, seguía generando réplicas. Una de las más potentes, de seis grados de magnitud, se sintió a las 06H10 horas de este viernes.
No había aún un catastro oficial de daños materiales ocasionados por esta nueva catástrofe, el tercer terremoto por encima de los ocho grados que enfrenta Chile en los últimos cinco años, aunque las evaluaciones preliminares daban cuenta de un perjuicio acotado.
"Seguimos evaluando la magnitud del daño. Hay daños en el borde costero por el tsunami y hay daño tremendo en las zonas interiores por el terremoto, pero sea lo que cueste lo vamos a asumir", dijo la presidenta Michelle Bachelet, antes de encabezar una ceremonia de acción de gracias por la Independencia de Chile que se festeja este viernes.
"Es muy prematuro poner un número sobre la mesa (...) pero yo llamaría a la calma a la población, Chile tiene recursos para hacerse cargo de esta tragedia", dijo de su lado el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.
El terremoto y tsunami de 2010, de 8,8 grados y con saldo de más de 500 muertos, ocasionaron daños por 30.000 millones de dólares, equivalentes al 18% del PIB de ese año.
Los daños ahora serían mucho menores, porque el sismo afectó un área más reducida y menos poblada. La población -que evacuó rápido hacia sectores altos- y los servicios de emergencia también actuaron de mejor manera.
"Lo urgente es determinar dónde podemos establecer con nitidez si hay más desaparecidos, reportar donde se produjeron los mayores daños por el oleaje y establecer la situación de las viviendas (dañadas)", afirmó por su parte el viceministro del Interior, Mahmud Aleuy.
En las regiones afectadas, los servicios básicos quedarían completamente restablecidos durante esta jornada. En el caso del agua potable la recuperación está prácticamente completada, mientras que la electricidad -donde 30.000 clientes permanecían sin luz- quedaría repuesta durante esta jornada.
Este viernes, arrancaban en Chile los festejos por las fiestas patrias, la celebración más esperaba por los chilenos, que en "fondas y ramadas" o asados familiares celebran el día en que Chile dio el primer paso para su independencia.
Pero este año las celebraciones oficiales tendrán un carácter más acotado. Bachelet decidió restarse de las celebraciones populares y suspender la fiesta que se realiza todos los años en el palacio de Gobierno.
No obstante, las fondas -o locales de comida y baile montados especialmente para la ocasión- seguían funcionando con normalidad, hasta en las localidades más afectadas.
"Ayer hicimos el asadito sin luz, sin agua pero igual festejamos por Chile. Chile se recupera y se levanta siempre", dijo Fracisco García, habitante de La Serena, declarada junto al vecino puerto de Coquimbo, en estado de emergencia, quedando bajo control de las Fuerzas Armadas.
La presidenta Bachelet, tras asistir a una ceremonia oficial de acción de gracias en la catedral de Santiago, pensaba regresar al norte del país para seguir evaluando en el terreno los efectos de esta nueva tragedia.
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