El número de muertos en el terremoto de intensidad 6,9 en la escala abierta de Richter que azotó ayer laprovincia occidental china de Qinghai ha ascendido a 617 en las últimashoras, según ha informado hoy la agencia oficial de noticias Xinhua.
Los medios chinos aseguran que "muchas personas siguen enterradasbajo los escombros, por lo que las víctimas pueden aumentar a medidaque las operaciones de rescate se intensifican".
Han detallado que "al menos 56 estudiantes han fallecido y otros 40que continúan atrapados tienen pocas posibilidades de sobrevivir".
La mayor parte de los supervivientes han tenido que permanecer a laintemperie durante la noche con unas temperaturas mínimas de dosgrados centígrados, mientras que otros buscaron refugio en edificiosno afectados por el terremoto, destacó el periódico NuevoPekín.
El 85 por ciento de las viviendas han quedado destruidas
En la ciudad de Jiegu, una de laszonas más perjudicadas por el seísmo, con una población de 100.000personas y donde se encuentra el gobierno del distrito, el 85 porciento de las viviendas, la mayoría hechas de madera y con paredesde barro, quedaron destruidas.
A pesar de que el Ministerio de Asuntos Civiles afirmó en uncomunicado que ha enviado 5.000 tiendas de campaña, 50.000 abrigos y50.000 mantas a la zona, la prensa hace hincapié en que esteesfuerzo es todavía insuficiente.
Jiegu está situada en una zona remota y el seísmo provocóimportantes deslizamientos de tierra que dañaron los caminos, lo quedificulta las tareas de rescate y el envío de maquinaria a la zona.
Por ello, "soldados y civiles tuvieron que quitar los escombroscon sus propias manos mientras esperaban la llegada de lasmáquinas", explicó un testigo presencial, quien agregó que laslabores de socorro se ven perjudicadas por el hecho de "trabajar auna altitud de más de 4.000 metros".
El secretario del Partido Comunista de China de la zona, JiaYingzhong, ha pedido a todos los cuadros locales destinar todos susesfuerzos en el trabajo de rescate y "quienes no cumplan esa laborserán despedidos de inmediato", sentenció.
Casas, templos, gasolineras y postes eléctricos se han derrumbado por el seísmo, además de producirse deslizamientos de tierra, dañosen las carreteras y cortes en los suministros eléctricos.
El comandante del Ejército de Liberación Popular (ELP) de Yushu,Wu Yong, ha apuntado que "las frecuentes réplicas y los fuertes vientosdificultan las operaciones".
Además, Liu Jie, del Centro de Red Sismológica de China,ha asegurado que "se pueden producir réplicas superiores a 6 grados enlos próximos días".
Casi 6.000 personas trabajan en la zona
Por el momento, el Gobierno chino ha anunciado que ha destinado 29,3millones de dólares en ayuda. El presidente de China, Hu Jintao, y el primer ministro, WenJiabao, han pedido máximos esfuerzos para salvar vidas y ofrecerasistencia a las víctimas.
Cerca de 700 soldados trabajan en las tareas de desescombro yotras 5.000 personas, entre militares y personal médico, han sidoenviadas a la zona.
El seísmo, con una profundidad de 33 kilómetros, se produjo ayer y su epicentro se localizó a 33,1 grados latitud norte y96,7 grados longitud este en el distrito de Yushu, en la prefecturaautónoma tibetana del mismo nombre, y que tiene una altitud de másde 4.000 metros.
Qinghai, habitada por tibetanos, mongoles, hui (musulmanes) ychinos de la etnia mayoritaria, fue una de las zonas afectadas porel seísmo que en mayo de 2008 sacudió el norte de la vecinaprovincia de Sichuan, que dejó cerca de 90.000 muertos ydesaparecidos. El de ayer es el peor seísmo ocurrido en China desdeentonces.
El oeste de China, con grandes cadenas montañosas como elHimalaya, es una zona de frecuentes terremotos, aunque muchos deellos se producen en áreas poco pobladas o deshabitadas.
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