Jan Farrell o cómo esquiar a la velocidad de un Fórmula 1

  • El deportista británico afincado en Madrid compite en esquí de velocidad, disciplina en la que se pasa "de 0 de a 200 km/h en menos de 8 segundos".

    "La gestión del miedo es fundamental. No se puede competir al 99%", explica Farrell a Lainformacion.com, con vistas a superar el récord del mundo de 254,95 km/h.

Jan Farrell o cómo esquiar a la velocidad de un Fórmula 1.
Jan Farrell o cómo esquiar a la velocidad de un Fórmula 1.
Asesores de Relaciones Públicas y Comunicación.
Diego Mariño

El pasado 26 de marzo, el italiano Ivan Origone batía el récord del mundo de esquí de velocidad descendiendo en la ladera de Vars (Francia) a 254,95 km/h. Este deporte, consistente en un descenso directo para alcanzar la mayor velocidad posible, es conocido como la Fórmula 1 del esquí. No en vano, los esquiadores pasan de "0 a 100 km/h en 3,4 segundos, y de 0 a 200 en menos de 8 segundos".

Jan Farrell, esquiador nacido en Lancashire (Inglaterra), pero afincado en Madrid, se proclamó campeón de la Copa del Mundo Down Hill en 2014 (la antesala de la primera categoría del esquí de velocidad), y ahora no se pone límites. "Quiero batir el récord del mundo. Si se encontrase la ladera perfecta se podrían alcanzar los 300 km/h", explica en una entrevista con Lainformacion.com.

Se trata del deporte no motorizado más rápido del mundo. De hecho, la velocidad en las bajadas equivale a una caída libre, pero más allá de eso, es "una manera natural de esquiar". 

"Creo que toda persona a la que le gusta la velocidad y esquía, ha probado a tirarse recto aunque sea en una pista verde. En mi caso, me gusta tirarme en pistas un poco más inclinadas, pero es muy placentero", afirma Jan, habituado a las pistas con 120º de pendiente del esquí de velocidad. 

La mecánica de este deporte es simple. Un descenso directo donde se acelera de 0 a 100 en 3,4 segundos y de 0 a 200 en menos de 8. Finalmente, "gana el competidor que mayor velocidad punta alcanza", señala. 

De media, en la Copa del Mundo se alcanzan los 180 km/h, pero depende de la pista. En la de Vars (Francia), Ivan Origone batió el récord del mundo de su hermano, alcanzando 254,95 km/h, además se puso en 200 km/h en 5,5 segundos, una aceleración mayor que la de un Fórmula 1. 

"Se puede decir que es la Fórmula 1 del esquí, tanto por la velocidad como por la preparación de la máquina, en este caso nuestro cuerpo", asegura Jan, que añade que él y su equipo "siempre están investigando" para conseguir avances tecnológicos que ayuden a mejorar los resultados. "La gestión del miedo es fundamental. No se puede competir al 99%"

Jan Farrell comenzó a esquiar con dos años, pero no fue hasta 2011, con 27, cuando hizo su primera competición de esquí de velocidad. 

Es un deporte en el que la "experiencia" es clave. "Esta es una de las razones por la que los competidores de 30 años para arriba suelen ser de los mejores. Se puede practicar en óptimas condiciones hasta los 40 años", cuenta. 

La experiencia, precisamente, juega un papel importante en la concentración. "El tema psicológico es muy importante. Tirarse a 200 km/h sobre unos esquís requiere prepararse y estar muy seguro de lo que vas a hacer", afirma. 

Esquiando a tal velocidad sin una seguridad total puede tener graves consecuencias. "La gestión del miedo es fundamental. No se puede hacer este deporte ni con miedo ni al 99%. Hay que hacerlo al 100% siempre", explica un Jan que lo vivió en sus propias carnes recientemente. 

Hace dos semanas tuvo su primera caída (vídeo siguiente). Iba a 216 km/h y sufrió hematomas severos y quemaduras en el cuerpo, algo que no le impidió competir al día siguiente, pero sí mermar su confianza. LINVID20160408_0019

"Sé que es un deporte muy peligroso y yo tuve suerte. Es algo para lo que me llevaba preparando mucho tiempo, pero al día siguiente luché contra un miedo que nunca antes había experimentado. 

De hecho, me vi obligado a parar la competición para realizar una bajada desde más abajo y así ganar confianza", explica. 

Lógicamente, aparte del trabajo psicológico, la parte física no queda en un segundo plano. Muchas "horas de gimnasio" monitorizadas por un equipo médico, que además actúa junto a especialistas que estudian "la biomecánica" del deporte para avanzar tecnológicamente. En este aspecto, el casco y el traje se crean para 'volar' sobre la nieve. 

El casco está diseñado principalmente para la seguridad del deportista. Su característica más importante radica en que la parte de fuera es un alerón que se desprende en caso de caída. "Entones te quedas con un casco interior", indica Jan. 

Por otro lado, el traje tiene en cuenta más la aerodinámica. El objetivo es ganar velocidad como sea. En las capas interiores los esquiadores utilizan ropa térmica Bionic, que te permite tener "cierta protección contra la abrasión"

Eso sí, "lo importante es tener todas las capas lo más delgadas posibles para reducir el coeficiente de rozamiento con el aire (resistencia a la fuerza que sufre un cuerpo al moverse a través del aire)", manifiesta.Adrenalina y concentración para superar el récord del mundo

El esquí de velocidad (vulgarmente conocido como Kilómetro Lanzado), permite a los corredores dominar la capacidad de concentración y el control sobre el cuerpo para bajar las pulsaciones.

"Es un chute de adrenalina muy importante que da mucho gusto, pero solo a partir de la zona de frenado. En la bajada estamos tan concentrados que no permitimos que haya subidón", explica. 

Obviamente, los deportistas frenan "poco a poco", porque si lo hacen bruscamente hay "riesgo de caída". "Muchas veces abrimos una cuña al principio antes de empezar a girar", cuenta. 

Jan Farrell fue campeón de la categoría Donw Hill en 2014 (previa a la máxima categoría), y tiene el honor de ser el tercer esquiador más rápido de la historia sobre unos esquís de descenso.

Su récord de velocidad está en 231,6 km/h, pero quiere más. "Mi objetivo es batir el récord del mundo de los hermanos Origone. Es una meta alta pero trabajo todos los días para ello. Sería un bonito final de carrera deportiva", asegura. 

Para este esquiador, si se encontrase "la ladera perfecta" se podrían alcanzar los 300 km/h, pero no todo en su vida se trata de esquiar como un Fórmula 1. 

Jan Farrell es emprendedor. "Creé mi empresa con 18 años. Trabajo como mentor de jóvenes emprendedores en el Círculo de Empresa. Me gusta mucho estar activo. Soy una persona que no para nunca", señala. 

Asimismo, cuenta con varios trabajos no remunerados en la Federación Internacional de Esquí, desarrollando el negocio e intentando atraer más gente al esquí de velocidad. 

Por el momento parece que funciona, ya que han pasado de ser "dos gatos" los que practicaban este deporte, a que haya "cinco o seis corredores españoles en la Copa del Mundo"

Junto a ellos, y haciendo honor a la fórmula de "velocidad, control y precisión", Jan Farrell seguirá volando sobre las pistas dirección al récord del mundo. 

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