Fiscalía recupera 23 personas muertas durante la violencia política en Perú

Restos de 23 campesinos, entre niños, jóvenes y adultos, presuntamente víctimas de la guerra interna en Perú entre 1980-2000, fueron recuperados en la región andina de Junín (centro), informó el Ministerio Publico.

Los restos humanos fueron descubiertos en septiembre en los campamentos abandonados por el grupo maoísta Sendero Luminoso en varios sectores de la provincia de Satipo.

La investigación está a cargo de la fiscal provincial Eneida Aguilar Solórzano y del fiscal adjunto, Carlos Ordaya López, señaló el Ministerio en una nota.

"El trabajo de recuperación efectuado por las autoridades se realizó en un notorio hermetismo de la población de la zona, debido a los traumas vividos en los años 90", indicó.

Asimismo, "el Ministerio Público continuará investigando el caso para determinar a los responsables de dichas muertes", precisó la nota.

La fiscalía cuenta con el apoyo de un equipo especializado en investigación encabezado por el arqueólogo forense Gerardo Carpio, que exhumó los cuerpos, y los envió lacrados a Lima para su identificación y análisis.

"Este es un trabajo que cierra heridas y permitirá a las familias de las víctimas enterrar a sus seres queridos. Seguiremos con nuestra labor con suma responsabilidad y certeza", dijo el fiscal Ordaya López.

En marzo de este año, la fiscalía entregó a sus familias restos de 40 campesinos, entre niños, mujeres y ancianos asesinados durante la guerra interna, tras ser exhumados de fosas comunes.

Los restos fueron hallados por la fiscalía y los antropólogos forenses en los centros poblados de Ccano, Calicanto y Panti, provincia de Huanta, en la región de Ayacucho (sureste), donde se conocía que habían sido enterrados campesinos entre 1983 a 1991.

Reportes del Comité Internacional de la Cruz Roja y de la fiscalía peruana estiman en 15.000 los desaparecidos como consecuencia de la guerra entre las guerrillas y las Fuerzas Armadas en Perú.

El conflicto interno que inició Sendero Luminoso en mayo de 1980 dejó más de 69.000 víctimas, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).

Existirían más de 4.000 fosas comunes, muchas de ellas en Ayacucho, donde en algunos lugares hay un entierro cada tres kilómetros cuadrados.

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