Desalegn ha mantenido a nueve ministros y ha nombrado a otros 21, entre los que destacan los de Exteriores, Workneh Gebeyehu; Finanzas; Abreham Tekeste; y Comunicación, Negeri Lencho. Comercio, Sanidad y Educación son otras de las carteras afectadas.
Además de por su carácter tecnócrata, el nuevo Gobierno destaca porque es el de mayor diversidad étnica de la historia de Etiopía. Incluye a ocho ministros procedentes de la región de Oromiya, epicentro de las protestas.
El pasado 9 de octubre el Gobierno declaró el estado de emergencia para una vigencia de seis meses por las continuas manifestaciones del pueblo oromo contra las expropiaciones de terrenos en los alrededores de Adis Abeba para crear un cinturón industrial.
El proyecto quedó archivado pero las movilizaciones han continuado en demanda de una apertura democrática. La ola de descontento social ha llegado a otros lugares, como la provincia de Amhara, en el norte de Etiopía.
Cientos de personas han muerto a causa de los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Naciones Unidas ha pedido a las autoridades etíopes que permitan la entrada de sus observadores, pero hasta ahora no ha sido posible.
La remodelación gubernamental ha pasado sin problemas el filtro del Parlamento, ya que ninguno de sus 547 escaños está en manos opositoras. El presidente etiope hizo el mes pasado un llamamiento a reformar la ley electoral para dar cabida a "voces distintas".
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